Sistemas de compostaje
«Debemos cambiar nuestra mentalidad con respecto a los desechos pues en realidad son recursos desplazados»
Inspirado por la Naturaleza, Ash diseña sistemas de compostaje para las generaciones futuras.
Peter Ash es un californiano con más de teinta años de experiencia en explotaciones de cítricos y aguacates en California. En los noventa decidió dedicarse a tiempo completo a sistemas de agricultura orgánica sostenible desde su empresa Pete’s Organic Grove and Garden Service dedicada al diseño e instalación de huertos orgánicos, frutales familiares y plantas autóctonas comestibles. Docente voluntario en el Solana Center for Environmental Innovation, organización sin ánimo de lucro cerca de su casa en Encinitas, California. En su última empresa StraightAsh Environmental Solutions ejerce de consultor y conferenciante internacional en «Aprovechamiento de Residuos Integrados», agricultura sostenible y diseño de permacultura. Actualmente está trabajando en proyectos en Europa, India y Estados Unidos. En India ha creado tres plantas de compostaje orgánico, transformando residuos en recursos valiosos para la organización fundada por Amma y conocida en Europa como «Abrazando al Mundo». En Estados Unidos enseña en el centro San Elijo Lagoon Conservancy en el condado de San Diego, California. Le encanta enseñar a los niños y a las familias cómo ser más sostenibles en casa y en sus vidas cotidianas. Su pasión por la conservación y restauración del habitat se refleja en todos sus trabajos.
Su interés por la agricultura se despertó hacia 1969 en las Islas Canarias, en el pequeño pueblo de Arafo en Tenerife, donde conoció a un viejo agricultor y empezó a ayudarle en sus tierras, huertos y viñas. Ese fue su comienzo en la agricultura. «Entonces todo era orgánico aunque no lo sabíamos. No usábamos ningún producto químico ni artificial. No tenía ninguna experiencia anterior pero me gustó. Siempre me había gustado vivir y trabajar al aire libre. Cuando regresé a California me establecí en el sur, me casé y empecé mi carrera en agricultura, en plantaciones de cítricos y aguacates».
De regreso en California trabajó en una Compañía de Agua que daba servicio a una extensa zona agrícola en el condado de San Diego. Durante años trabajó por cuenta ajena como capataz en diversas explotaciones de cítricos, aguacates y viñedos, donde se especializó en la instalación de sistemas de riego, plantación, mantenimiento y gestión de cosechas. A mediados de los años 90 se estableció por cuenta propia con la empresa West Grove and Management Service, en la comarca Rancho Santa Fé, donde primero ejerció las mismas responsabilidades de gestión, ahora en servicios de asesoría para sus clientes.
Peter nos dice que su fracaso matrimonial en 1995 fue un punto de inflexión en su carrera. Vendió West Grove and Management Services, se trasladó a Encinitas en la costa del condado de San Diego, fundó Pete’s Organic Grove and Garden Service y se volcó en sistemas de agricultura orgánica sostenible.
Pregunta: ¿Es cierto que conoció a Amma como consecuencia de un accidente de moto en el sur de India?
Respuesta: No sabía nada de Amma cuando fui a India en 2008. Había ido a hacer un curso de Agricultura Biodinámica con la Asociación Biodinámica de India, donde me invitaron a hacer un segundo curso en el que me encargué de la sección de compostaje. Fue después del segundo curso cuando tuve el accidente de moto del que resulté con tres fracturas en el hombro izquierdo. Esto me demoró, tenía tres semanas por delante, así que estaba pensando en pasarlas en alguna playa tranquila. Había oído decir que Kerala era realmente bonita. Estaba sentado en un café mirando el mapa de India, tratando de decidir donde ir, cuando se acercó un joven español que se sentó conmigo. Me habló del ashram de Amma.
Me dijo, «es muy bonito, con palmeras cocoteras en la playa, y no tendrás que hacer seva (voluntariado) porque tienes un brazo roto». Pregunté: «Qué es seva?» Y él simplemente dijo, «¡Vé. Te encantará!» Llegué al ashram sobre las nueve de la mañana del 2 de enero de 2009. El ashram estaba lleno porque Amma estaba ahí. Me dieron una cama en un cuartito a compartir con otros tres hombres. Pronto caí rendido y me desperté hacia las dos de la tarde. Estaba hambriento y muy dolorido. Indagué acerca de comida y me enviaron directamente a la gran sala. Me senté con mi arroz con curry, lleno de dolores. Amma estaba en el estrado dando darshan. Alguien me vió y dijo, «tienes que ir a darshan». Yo dije: «¿Qué es darshan?» Y me dijeron: «Ponte en la fila». Así que terminé mi arroz y me puse en la fila. Dos horas más tarde estaba en el borde del estrado y alguien me pidió mi token. Dije, «¿token?» Me miraron y me indicaron que continuase. Cuando tenía delante de mí tres o cuatro personas para llegar a Amma, ella me miró. Su mirada me hizo llorar. Cuando llegó mi turno y me abrazó, el dolor desapareció de mi hombro por completo. Supe que algo realmente muy poderoso había sucedido. Alguien me vió bajar del estrado y me dijo que estaba radiante. Empecé a preguntarme a mí mismo, «¿Okay, quién es esta mujer? ¿qué acaba de ocurrir?» Ojée libros y pregunté a gente por Amma.
Cuando supe de sus charlas sobre la naturaleza y el medioambiente me dije a mí mismo: «¡Sí, eso es!». Había visto los jardines cerca del Eco Center y decidí que podía hacer seva ahí. Fuí a la oficina de voluntariado y me dijeron, «tú no tienes que hacer seva, tienes un brazo roto». Respondí, «aún tengo un brazo bueno y alguna experiencia y parece que el jardín necesita alguna ayuda». Me enviaron a la responsable, y cuando me presenté a ella, me miró y dijo: «¿Qué puedes hacer? ¡Tienes un brazo roto!». La dije que era agricultor y horticultor orgánico, que había dado cursos de compostaje, etc. ¡Y sus ojos se abrieron como platos! Me explicó que no sabía nada de horticultura. No plantaba, no sabía como ocuparse del jardín. Y lo más importante, me dijo que el día anterior tres brahmacharinis de la Escuela de Ingeniería habían venido y la habían preguntado si podía ayudarlas a plantar un jardín en la facultad. Querían practicar las enseñanzas de Amma. Así que organizamos algunas charlas y talleres para ellas y los estudiantes. En el taller hicimos un gran montón de compost y luego las ayudamos a poner en marcha el jardín.
A las charlas vinieron unos ciento cincuenta estudiantes, unos setenta y cinco al taller y unos quince o así se pusieron a trabajar en el huerto. También impartí un par de talleres de compost y jardinería en el Eco Center. Pero se acercaba el momento de volver a casa. Me habían trasladado al piso quince del Edificio E. Unos dos días antes de mi partida, una tarde ví flotando residuos orgánicos en los Backwaters (red de ríos, canales y lagos paralelo al Mar Arábigo en el Estado de Kerala. Único en el mundo, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO). ¡Me horroricé!. Tres meses más tarde estaba de regreso y empecé a compostar.
P: Leyendo su curriculum me he dado cuenta de que su espíritu solidario viene de largo, de hace más de veinte años. Con más o menos dinero, ¿disfruta de lo que está haciendo ahora?
R: Me apasiona lo que estoy haciendo. Si mi experiencia y conocimientos sirven para ayudar a otros, eso es lo que quiero hacer. Para mí tiene sentido compartir mis dones. Por ahora, mientras Amma requiera mi ayuda en estos proyectos, eso es lo que quiero hacer. –Mi pasión es enseñar y hacer compost, es mi meditación.
P: ¿Cómo ha sido su trabajo en Amritapuri Ashram?
R: En el ashram todo el trabajo se hace aún solo con voluntariado. Parece que el ashram es para la promoción espiritual, hagamos o no buen compost. Es una situación delicada porque trabajamos con residuos sólidos municipales que normalmente contienen patógenos. Necesitamos controlar el proceso y tomar ciertas medidas de seguridad colectiva. Creo que más pronto que tarde el compostaje tendrá que ser considerado como una extensión de la cocina. Antes en la cocina era todo seva, pero con el crecimiento del ashram y la llegada de estudiantes universitarios, el trabajo voluntario no era suficiente. Ahora hay bastantes empleados. Lo mismo tendrá que ocurrir con el compostaje y el reciclado.
P: Cuéntenos su experiencia en el Hospital AIMS (Amrita Institute of Medical Sciences).
R: El Instituto había pasado de ser un hospital de doce camas hace dieciocho años a convertirse en un hospital estado de las artes de mil doscientas camas, centro de investigación y facultad de medicina, prestando servicio a unos mil pacientes diarios y alojamiento a unos cinco mil estudiantes. El complejo había sobrepasado la infraestructura existente y estaba bajo presión del Centro de Control de Contaminación del Estado de Kerala por su impacto medioambiental negativo en los humedales tropicales. Dos años antes se había instalado un moderno incinerador de residuos biomédicos. Solamente reciclaban los materiales más fáciles y valiosos. El resto de los residuos era transportado en barco por las backwaters hasta una isla donde abiertamente los vaciaban o incineraban. AIMS estaba produciendo 3,5 toneladas métricas diarias de residuos orgánicos. Una auditoría de residuos reveló otras 4,5 toneladas de desechos de jardín, virutas, estiércol animal y papel usado. Para manejar todo esto diseñé una mesa de separación y mezcla para descartar residuos no compostables. La herrería y carpintería construyeron la mesa y herramientas para empezar a trabajar. El 29 de marzo de 2010 empezamos a compostar en filas al aire libre hasta que la cubierta estuviera lista.
P: El trabajo en la Universidad de Ettimadai (Coimbatore, Tamil Nadu) tengo entendido que fue muy diferente…
R: Al llegar, me apercibí de que estaban compostando lentamente los desechos de campo y podas de árboles en montones estáticos que necesitan de todo un año para su descomposición. Expliqué como construir una valla que impidiera la entrada a los jabalíes. Al día siguiente empezamos a mezclar residuos orgánicos –una tonelada y media diaria– con el único carbono disponible, las hojas secas y hierbas de los montones estáticos. Sin una trituradora esto presentaba problemas de cubierta de suelo y falta de circulación de aire. Tras algunos experimentos compramos una pequeña trituratora. Trituramos cocos, palos y hojas secas y así logramos una variedad más rica de tamaños de partículas y mejor circulación de aire.
Mi investigación reveló que India dispone de poco equipamiento para compostaje a gran escala. No quería importar equipamiento ya que disponemos de muchos excelentes ingenieros y fabricantes. Encontré un vídeo en Youtube de un viticultor orgánico en el norte de California que había construido una «mezcladora de compost» para su tractor, modificando el eje posterior de un camión pesado. Mostré fotos de equipos volteadores a gran escala y el vídeo a los departamentos de ingeniería de AIMS y Ettimadai y los puse a trabajar. Compramos un tractor para AIMS y empezamos a desarrollar la primera volteadora/mezcladora de compost.
P: Sus ideas de diseño de nuevo equipamiento producido localmente en las Universidades Amrita está dando un vuelco a lo que hasta ahora se estaba produciendo en India, ¿nos lo explica un poco?
R: El éxito de los tres proyectos de compostaje conduce a mejoras en reciclaje, tanto en sistemas de diseño como en desarrollo de nuevo equipamiento. Actualmente estamos implicando a las universidades del ashram en todos los aspectos de aprovechamiento de recursos. Las Facultades de Ingeniería están diseñando equipamiento y sistemas de compostaje y reciclado, todo ello desde lavadoras de plásticos a compactadoras y equipos de clasificación. La Facultad de Biotecnología y Estudios Ambientales está ensayando en microbiología y experimentando en bioreparación. Estamos trabajando con las Escuelas de Empresas en la estandardización de los procesos de compostaje y reciclado, construyendo un modelo replicable de producto. Estamos terminando un manual de operaciones de compostaje, para que otras instituciones y municipios puedan beneficiarse de nuestra guía. Estamos lanzando programas de formación profesional para mujeres y para enseñar a los niños el «modelo de Desechos Cero». Estoy adaptando el Curso Master de Formación de Compostadores para India, para poder enseñar a indios en inglés para que ellos a su vez puedan enseñar a indios en sus lenguas nativas.
P: El otoño pasado y esta primavera ha hecho usted dos visitas al Centro Amma de España, en Piera (Barcelona) para ayudar a mejorar sus sistemas de compostaje, integración de recursos y dar soluciones a los problemas de erosión. ¿Esto puede interesar a muchos cultivadores en España?
R: Fui al Centro Amma, por primera vez el pasado Noviembre. Estuve unos cuantos días y me consultaron acerca de la finca de olivos y el compostaje. El Centro recibe considerables donativos de fruta y hortalizas, bastantes a punto de estropearse. Empezamos a compostar en montones termófilos (necesita temperaturas elevadas para su normal desarrollo) de compost. Esto siempre es un poco delicado, ya que los desechos de frutas, etc., tienden a tener mucha humedad y pueden volverse anaeróbicos rápidamente. Cuando el montón de compost no recibe oxígeno suficiente, empieza a oler mal. El mal olor del compost significa que el nutriente se pierde en la atmósfera en forma de, gas invernadero. Pude ayudarlos a compostar los desechos de frutas junto a otros residuos para hacer buen compost para el jardín y la finca. El compost termófilo significa que hemos creado una mezcla equilibrada de materiales ricos en nitrógeno, (en este caso los residuos comestibles) con materiales ricos en carbono como paja, papel y cartón desmenuzados, virutas, etc., que una vez compostados con la humedad suficiente para activar la microbiología (45% de humedad más o menos, como una esponja escurrida) el montón se calienta a unos 55 a 65 grados centígrados, que mata patógenos como e. Coli y salmonella. Esto por supuesto es muy bueno y también acelera el proceso.
P: Hablenos de su intervención en la zona de las colmenas…
R: Se había cortado recientemente una carretera en la ladera de la colina para hacer hueco a las colmenas. Las lluvias ya estaban erosionando el suelo. Rápidamente aplicamos al suelo una cubierta con pajote y cartón y plantamos romero y tomillo alrededor de los bordes para ayudar a mantener el suelo en su lugar. Estas hierbas crearán una «valla» en el suelo con su sistema de raíces al mismo tiempo que producirán flores (polen) para las abejas. Otro ejemplo: un día estábamos cargando los materiales reciclables para llevarlos a la ciudad, entre estos había cajas de cartón aplastadas, como no obtienen dinero por el cartón, sugerí usarlo como cubierta alrededor de los olivos. Esto produce varias cosas:
1. Podíamos usar el cartón para ahogar la maleza que crece ahí, que normalmente hubieran cortado a máquina.
2. El cartón provee de alimento a la microbiología y lombrices de tierra en el suelo.
3. Aisla al suelo de rápidas fluctuaciones de temperatura.
4. Ayuda a mantener el riego en el suelo, no permite que el sol lo seque. Sofocando la maleza verde, no solamente la matamos, también secuestramos al nitrógeno en el suelo y así alimentamos los árboles. Cuando se corta la maleza se seca. Cuando se seca, el nitrógeno que hay en ella se escapa a la atmósfera (la atmósfera es en un 70% nitrógeno). Queremos capturarle para alimento de los árboles. Cuando la lluvia o el riego empapan el cartón, éste mantiene la húmedad en su sitio, reduce la pérdida por evaporación, y ralentiza arrastres y erosión.
P: Esta primavera ha estado organizando todo un sistema de distribución de compost en la finca de olivos y otros sistemas de aprovechamiento de recursos. Muchos de nuestros lectores se interesan en estos temas e incluso pueden consultarle posteriormente. ¿Nos cuenta un poco?
R: Ahora hemos estado haciendo montones de compost alrededor del perímetro de la finca. Usamos todo lo susceptible de descomponerse. A esto, solíamos llamar «aprovechamiento de desechos», pero es más apropiado llamarlo «aprovechamiento de recursos». Después de todo, ¿no son los desechos otra cosa que «recursos desplazados»? La idea es construir constantemente montones de compost en cuanto haya materiales disponibles. En seis meses habrá montones dispuestos alrededor de la finca (con poco volteo). Cuando se da vuelta al compost regularmente, termina antes pero no siempre hay mano de obra o equipamiento disponible, así que dejamos que la naturaleza lo haga por nosotros lentamente. Entonces podemos extenderlo alrededor de los árboles en esa porción de la finca. Siempre hay algo para compostar cada semana, así que con el tiempo tendremos montones de compost por todas partes. A final de año deberíamos estar viendo una gran diferencia. Ya podemos ver los cambios producidos donde esparcimos los primeros montones en noviembre pasado. Con más cobertura, usando paja, cartón y serrín que compramos por casi nada, deberíamos ver un gran cambio en pocos meses.
P: Uno de los mayores obstáculos es superar la mentalidad de «desperdicio». Usted defiende la práctica que denomina «Desechos Cero», que a escala planetaria podría terminar con los problemas medioambientales que sufrimos. ¿Nos dice algo de esto?
R: En la naturaleza no existen desperdicios, todo se transforma o se recicla. Todo ser viviente está compuesto de átomos que han estado en este planeta durante milenios. Nunca ha habido que fertilizar un bosque. El hombre ha etiquetado las cosas que no quiere como «desperdicios». Cuando mezclamos estas cosas y las ponemos en un sitio lo llamamos basurero. De este modo propagamos enfermedades y creamos gases de invernadero. La naturaleza quiere que todo retorne a ella. Hoy en día llamamos a esto «aprovechamiento de recursos» porque realmente lo que denominamos como «desechos» no existe. Desechos son simplemente recursos desplazados. Este es mi objetivo en casi todo lo que enseño. Cambiar la mentalidad. Conservar recursos mediante su aprovechamiento. Un pequeño ejemplo: Hasta ahora se tiraba el papel usado. ¿Qué es exactamente «tirar»? Hoy en día estamos usando papel usado en los montones de compost. Los olivos necesitan nutrientes procedentes de materiales leñosos. La naturaleza de modo natural cambia los ciclos de las hojas, frutos y ramas para recibirlos de nuevo en su suelo. El papel se hace con madera, debe haber una conexión ahí. Ahora el papel y el cartón se usan para el compost o directamente alrededor de los árboles como cobertura del suelo. Esta cobertura evita que el agua de lluvia se arrastre erosionando el suelo, por el contrario mantiene su hidratación, evitando que el sol lo seque. Las lombrices y microbios comen el papel, el cartón y otros materiales utilizados como cobertura y lentamente los nutrientes retornan a los árboles. En este proceso la microbiología revitaliza el suelo. Los árboles pueden comenzar a alimentarse por sí mismos. De hecho, eso es lo que hacen todas las plantas en la naturaleza, alimentarse a sí mismas. Pero la microbiología tiene que estar presente. La naturaleza emplea billones de años para realizar todo esto. Cuando cualquier planta crece, utilizando la energía solar en el proceso de fotosíntesis, exuda las proteínas y aminoácidos al suelo a través de los terminales de las raíces. Ahí, en la zona de las raíces hay billones de microbios esperando pacientemente estos exudados. Ellos están ahí solamente si hay material orgánico en el suelo. Ellos se alimentan con esas proteínas y aminoácidos y después se comen los unos a los otros. Todo forma parte de la cadena alimentaria del suelo. Lo que dejan detrás es exactamente lo que la planta necesita. ¡No se requiere ningún otro fertilizante! Queremos que esto sea sostenible para las generaciones futuras. Comenzamos hoy dando pasos de bebé, montón a montón de compost. Estamos planificando sistemas de cosechas de agua de lluvia y de agua usada. Queremos convertir el suelo en una esponja para que toda el agua que caiga en la tierra o entre en los edificios permanezca en la tierra, extendiéndose despacio, empapándola, que no arrastre, que no vaya a parar a una riera que termina en un barranco.
Reutilizando todos nuestros recursos al máximo, aseguraremos beneficios a largo plazo. La idea es que la fertilidad del suelo crezca cada año mientras produce alimentos y otros recursos valiosos. Nunca más un sistema químico-mecánico de extracción, ni productos artificiales que esquilman la vitalidad del suelo. Queremos construir suelo sano, para cultivar plantas sanas, un medioambiente sano con personas sanas.
Teresa Fernández Herrera
teresa.ferher@gmail.com