Tratamiento manual de la cervicoartrosis

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Formas de combatir la Cervicoartrosis mediante técnicas manuales

La cervicoartrosis es una patología que afecta a los individuos de segunda y tercera edad. Se debe principalmente a factores etiológicos como el ataque de viento-frío, traumatismos, lesiones y fatiga crónica (tortícolis recidivante, altura inadecuada de la almohada o posturas incorrectas al dormir)

Estos factores irritan o comprimen las raíces nerviosas cervicales, la médula cervical, la carótida y los nervios simpáticos. También se denomina «Síndrome cervical».

Según las estadísticas, las persones que trabajan con la cabeza agachada durante largo tiempo son las más afectadas por esta patología. Con la edad, el disco intervertebral y las articulaciones se van degenerando lo cual aumenta el riesgo de padecer cervicoartrosis.

En los casos moderados se presentan síntomas como cefalea, cervicalgia y braquialgia, hipoestesia y debilidad de los miembros superiores. En los casos graves pueden aparecer síntomas como pérdida de fuerza de los miembros, incontinencia miccional y defecatoria o parálisis.

Según experiencias clínicas, las terapias no quirúrgicas como el masaje, la acupuntura y moxibustión, la quiropraxis, el uso tópico de materias medicinales, la fisioterapia e infiltraciones con fármacos se han mostrado muy eficaces en el tratamiento.

Técnicas manuales usuales

Relajamiento tendinomuscular: Con el paciente sentado, el terapeuta, posicionado detrás y de pie, usa la prominencia tenar o hipotenar para masajear la musculatura cervical y dorsal de ambos lados de la columna y con movimientos repetidos que van de arriba hacia abajo. Esta técnica tiene una función antiinflamatoria y analgésica porque estimula la circulación sanguínea, relaja la contractura muscular y alivia el dolor. Sirve para preparar la zona afectada para recibir las siguientes técnicas.

Frotación: Se usan los dedos o la prominencia tenar o hipotenar o la raíz de la palma para masajear con movimientos circulares suave y lentamente. Los dedos o la palma deben estar bien en contacto con la piel de la zona afectada sin causar roces. La superficie masajeada se tiene que ir ampliando así como la fuerza tiene que ir intensificándose. Se va desplazando de forma circular de arriba hacia abajo, siguiendo la dirección de la musculatura cervical y dorsal, insistiendo sobre todo en la zona afectada. Esta técnica desbloquea los meridianos, activa la circulación de la sangre y elimina el estasis. Es decir que tiene una acción antiinflamatoria y analgésica por lo que puede servir para aliviar el dolor causado por técnicas manuales fuertes. Es adecuada para tratar rigidez muscular a nivel cervical y dorsal, dolor y contractura tendinomuscular.

Pellizco y agarro: Se forma una pinza entre el pulgar y los dedos restantes para pellizcar el músculo y los tendones. La orientación del pellizco y el agarro debe ser perpendicular respecto al músculo. Hay que mantener pellizcado el músculo unos instantes antes de soltarlo. La fuerza a aplicar depende del grado de tolerancia por parte del paciente. Esta técnica desbloquea el sistema tendinomuscular y los meridianos, activa la circulación del Qi y la sangre y relaja la contractura muscular. Se usa principalmente en los músculos cervicales, el músculo elevador de la escapula o en el trapecio. Suele combinarse con la frotación.

Digitopresión: presión sobre los puntos acupunturales con el pulgar o dedo medio o la punta del codo en zonas con mucha musculatura. Se puede elegir puntos del meridiano afectado o puntos dolorosos a la presión. Se va aumentando gradualmente la fuerza de presión lo que provoca la aparicición de agujetas o hipoestesia. Desbloquea los meridianos, drena el Qi y activa la circulación sanguínea con lo que relaja la musculatura y calma el dolor. En caso de cervicoartrosis tratar los puntos VB20, E12, VB21, ID14, ID11, IG11, IG10, SJ5. Puede combinarse con la frotación.

Masaje ondulante: Se usa la parte saliente de las articulaciones metacarpofalángicas o la parte lateral de la prominencia hipotenar o la parte superior de la articulación metacarpofalángica del meñique para realizar movimientos rítmicos de rodillo sobre la zona afectada. La fuerza debe ser proporcional, los dedos algo flexionados y los hombros relajados. El antebrazo dirige la muñeca para realizar movimientos de pronación y supinación. Esta técnica desbloquea el sistema tendinomuscular, activa la circulación sanguínea, relaja la contractura y alivia el dolor y la fatiga muscular. Es bastante eficaz para la tortícolis y cervicoartrosis.

Tambaleo: Está indicado para tratar la limitación del movimiento giratorio articular. Se puede realizar en o contra el sentido del reloj y se aumenta gradualmente en fuerza y amplitud. El terapeuta sujeta con una mano la parte posterior de la cabeza del paciente, la otra sujeta la mandíbula y realiza movimientos rotatorios. Esta técnica puede separar las adherencias alrededor de las articulaciones y mejora la función articular. Sirve para tratar la rigidez y el dolor cervical, la limitación funcional de flexión, extensión y rotación de los cervicales.

Palanqueo: Activa las articulaciones, separa las adherencias y regula los trastornos articulares posteriores. Con el paciente sentado se puede realizar dos tipos de palanqueo:

  • Oblicuo: El paciente está con la cabeza inclinada hacia adelante en una inclinación de 30 grados. El terapeuta sujeta la parte posterior de la cabeza y con la otra mano la mandíbula. Luego gira la cabeza hacia un lado hasta el límite de la movilidad cervical mientras las manos empujan ágilmente en el sentido contrario. Repetir, la operación en el otro lado.
  • Oblicuo fijando en un punto determinado: El paciente se mantiene con la cabeza inclinada hacia delante con una inclinación de 30 grados. El terapeuta está detrás y de pie, flexiona el codo para fijar la mandíbula del paciente en el hueco del codo y la mano se apoya en el occipucio. Con la otra mano se usa la yema del pulgar para fijarla al lado de la apófisis espinosa desviada y después gira la cabeza hacia un lado hasta el límite para estirar ágilmente y al mismo tiempo el pulgar empuja la apófisis espinosa hacia el lado contrario. Es una técnica difícil que supone cierto riesgo si no se aplica de forma correcta. La fuerza debe ser adecuada, evitando violencia para no provocar una nueva lesión.

Estiramiento: Se realiza siguiendo el eje longitudinal del cuerpo. Puede relajar la contractura muscular, aumentar el espacio intervertebral, aliviar la compresión sobre la raíz nerviosa y desbloquear el sistema tendinomuscular. Se usa mucho para tratar lesiones de tejidos blandos cervicales y de la columna. Sirve para corregir desplazamientos de articulaciones menores a nivel cervical, compresión sinovial o la hernia discal cervical. Se puede elegir entre los tres tipos de estiramiento que se indicarán a continuación:

  • El paciente está sentado. El terapeuta detrás y de pie coloca la parte cubital de los antebrazos sobre los hombros del paciente empujando hacia abajo mientras los pulgares empujan los puntosVB20; los cuatro dedos restantes y la palma sujetan la mandíbula estirando hacia arriba para ensanchar el espacio intervertebral. Al mismo tiempo realiza la flexión anterior y posterior así como rotaciones laterales de la cabeza.
  • El paciente está sentado. El terapeuta flexiona el codo para sujetar la mandíbula del paciente; con la mano sujeta la sien. Luego estira la cabeza hacia arriba lenta y fuertemente mientras realiza rotaciones laterales cervicales. La otra mano puede masajear al mismo tiempo los puntos dolorosos a la presión.
  • El paciente está acostado boca arriba. El terapeuta coloca una mano debajo de la mandíbula y con la otra sujeta la tuberosidad occipital para estirar las vértebras cervicales.

Fricción: Se usan las palmas de las manos para friccionar el miembro y la zona afectada de arriba hacia abajo aumentando gradualmente la fuerza. El movimiento debe ser continuo y rápido, pero el desplazamiento debe ser lento. Debe producir calor local y sensación de relajación muscular. Esta técnica se utiliza antes de finalizar una sesión de tratamiento con el fin de desbloquear los tendones y músculos. Alivia el dolor y la fatiga. En el caso de cervicoartrosis se aplica en los miembros superiores y la zona cervical.

Sacudimiento: El terapeuta sujeta la muñeca del paciente para sacudir suavemente el miembro afectado con vibraciones en forma de olas del mar. Es importante que el paciente relaje por completo los músculos. Suele combinarse con la técnica de fricción para desbloquear el sistema óseo y tendinomuscular. Moviliza las articulaciones y relaja los músculos.

Golpes: Se usa la palma o prominencia cubital de las manos para golpear la zona cervical y dorsal. Para eso se juntan los cinco dedos en ligera flexión para formar una mano ahuecada. Se puede golpear la zona afectada con las dos manos juntas usando la prominencia cubital. El golpeteo debe ser rítmico y ágil sin impactos violentos. No debe provocar dolor sino más bien una sensación de bienestar.

Esta técnica desbloquea los meridianos y el sistema tendinomuscular y alivia el dolor. Respecto a la cervicoartrosis relaja la musculatura contracturada y alivia el dolor de la zona cervicodorsal.

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Indicaciones y contraindicaciones del tratamiento manual

Indicaciones:

  • Tortícolis, trastornos articulares menores, todo tipo de cervicoartrosis excepto de tipo medular (está permitido el uso de estas técnicas en la fase inicial de este tipo de cervicoartrosis). También influyen la situación, la constitución física y los síntomas acompañantes del paciente.
  • Hay que analizar globalmente el cuadro clínico y observar la radiografía para elegir las técnicas más adecuadas y la fuerza que puede tolerar el paciente. Para dar un ejemplo, la cervicoartrosis de tipo carótida se debe a la degeneración de las vértebras cervicales que produce compresión de la carótida, y como consecuencia un deficiente riego sanguíneo. Esto se manifestará por mareos, náuseas y vómitos, vértigos posturales o desmayo. En este caso estarán contraindicados el palanqueo y tambaleo.

Contraindicaciones:

  • Cervicoartrosis medular grave con importante compresión medular.
  • Cervicoartrosis carótida grave acompañada de HTA, arteriosclerosis cerebral que causa importante isquemia cerebral.
  • En caso de raquiestenosis superior a 40 grados.
  • En caso de protusión de los osteofitos del borde posterior del cuerpo vertebral hacia el canal vertebral.
  • En caso de deterioro de la estructura ósea cervical, inflamación o infección.

Ejercicios complementarios al tratamiento manual

Flexión anterior y posterior: el paciente está sentado o de pie con los brazos estirados de forma relajada y el cuerpo relajado. La cabeza se inclina lentamente hacia delante y atrás hasta el límite de la movilidad cervical.

Inclinaciones laterales: El paciente está sentado o de pie. Inclina la cabeza lentamente hacia el lado sano hasta el límite de la movilidad cervical y después hacia el lado afectado hasta el límite.

Rotaciones laterales: El paciente está sentado o de pie. Desde la posición central la cabeza se gira hacia el lado sano, atrás y luego hacia el lado afectado para volver hasta la posición inicial (central). Repetir este movimiento entre veinte y treinta veces. Luego realizarlo en el sentido contrario también de veinte a treinta veces.

Dr. Sun Bao Jin
Fundación Europea de MTC
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