Corteza del café
Naciones Unidas pide a las empresas de todo el mundo que sigan unas normas de protección del medio ambiente para que sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) se mantengan dentro de los límites fijados por los gobiernos. Esta política se basa en la hipótesis de que la reducción de esas emisiones contribuirá a reducir la contaminación y a mejorar nuestro medio ambiente.
En esta situación, la empresa británica Bioflame ha instalado un moderno tostadero de café para la cooperativa costarricense Coopdota que utiliza la corteza del café como fuente de energía. De este modo se reduce enormemente la cantidad de leña que utilizan habitualmente esos tostaderos. Además, como sus quemadores y gasificadores funcionan con residuos vegetales, no producen dioxinas ni otros contaminantes propios de los combustibles fósiles y como el sistema de control de la temperatura es muy exacto, el café tostado es de la máxima calidad.
Bioflame es una empresa de alta tecnología que ofrece soluciones para la protección del medio ambiente y está especializada en equipos que queman residuos para producir energía. El contrato con Coopdota, una cooperativa de pequeños cultivadores de café, consistía en la instalación del tostadero en Santa María de Dota, por un importe total de 350.000 dólares.
Bioflame fabrica gasificadores que convierten los residuos agrícolas en gas que se enfría y filtra y luego se utiliza en quemadores industriales para producir electricidad. Cada gasificador tiene una potencia aproximada de 1 MW y puede producir hasta 250 kW de electricidad, dependiendo de la potencia calorífica del material quemado.
Los combustibles que se pueden gasificar son leña y otros residuos de madera, carbón, paja, las carozas de las mazorcas de maíz, la paja de arroz y de la planta del café, la copra y las hojas de la caña de azúcar. También pueden se quemar lodos secos procedentes de las plantas depuradoras, lodos industriales y purines o residuos orgánicos de animales.