Oligoelementos

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Sin los oligoelementos la vida no sería posible. Son fundamentales para que nuestro organismo funcione de forma correcta, así como para la óptima sald de la piel. El silicio, el zinc, el magnesio, el cobre o el hierro son sólo algunos de los fundamentales, cuya presencia en el organismo no hace la vida un poco más fácil y saludable.

Los oligoelementos, (oligos del griego, que quiere decir poco) son elementos químicos presentes en el cuerpo humano en pequeñas cantidades. Constituyen aproximadamente el 1% de los átomos del cuerpo humano. Son metales esenciales que se hallan en la sangre en cantidades minúsculas y que activan las funciones vitales y los intercambios biológicos.

Sin los oligoelementos, la vida no sería posible. De la misma manera que nuestro cuerpo necesita elementos esenciales para funcionar, también los necesita su órgano más grande: la piel.

Los oligoelementos son minerales y el cuerpo humano no puede sintetizar minerales, por eso deben obtenerse de fuentes externas.

El actual sistema de vida y la industrialización indiscriminada del sector de los alimentos han hecho que muchas personas no consuman la cantidad de oligoelementos necesarias. Esto hace que muchos de los desarreglos de la piel sean también resultado de este déficit.

Malos hábitos

Aunque la mayoría del déficit de oligoelementos es debida a su bajo consumo, también es verdad que algunos malos hábitos como los efectos nocivos del estrés, el tabaco o la polución pueden influir negativamente en su absorción. Es de todos conocido que las carencia de oligoelementos no se produce sólo en las personas enfermas, alcohólicas, etc., sino que es muy frecuente en la población normal.

Los oligoelementos son cruciales para la optima salud de la piel. Desafortunadamente, no se les ha dado la atención adecuada y son esenciales para mantener las células saludables y para que las vitaminas trabajen efectivamente.

La falta de dichos minerales puede causar problemas en la piel, como por ejemplo en el caso del zinc, cuya falta puede provocar problemas cutáneos como eczemas o psoriasis.

Las células de la piel también sufren de fatiga, falta de energía, debido a la deficiencia de minerales. Los oligoelementos son vitales para tener una piel más fresca, brillante y, en definitiva, más sana. Los oligoelementos aplicados directamente a través de un cosmético natural y ecológico proveen un valor añadido que ayudará a rejuvenecer la piel y tratará con eficacia multitud de problemas dérmicos.

Entre algunos de los principales oligoelementos podemos encontrar los siguientes:

Si

El Silicio: es un oligoelemento esencial para el ser humano. Es uno de los doce elementos mayoritarios de la composición elemental de los organismos. El silicio juega un rol biológico muy importante y es considerado un elemento esencial de la vida.

Ayuda a absorber el calcio. Es primordial en la formación de colágeno y del tejido conectivo, y ayuda a reforzar las uñas, el cabello y la piel. El silicio está presente en una elevada proporción en la epidermis, la dermis y el cabello para incrementar la resistencia química de la queratina. La queratina es una proteína que constituye el componente principal de las capas más externas de la epidermis y de otros órganos como el pelo y uñas.

Es un ingrediente que se está utilizando en la formulación de productos dermofarmacéuticos por las numerosas acciones que presenta.

Tiene una acción antirradicales libres: el silicio reorganiza las membranas celulares haciéndolas más resistentes al ataque de los radicales libres y, por tanto, al envejecimiento.

Tiene una acción hidratante. La unión de moléculas de silicio a proteínas, rodeadas de moléculas de agua unidas por puentes de hidrógeno, crea un tejido que es capaz de mantener la hidratación de la epidermis.

También tiene una acción reafirmante, estimulando el funcionamiento de las células de la dermis y del folículo piloso. Por este motivo, es un ingrediente habitual en los productos reafirmantes del cuello y del busto.

Cu

El Cobre: posee una importancia fundamental en los mecanismos de defensa del organismo, actuando como anti-infeccioso y anti-inflamatorio. Reduce la descamación y regula la secreción sebácea y cataliza la formación de colágeno, elastina y ácidos nucleicos. Toma parte en la queratinización y actúa en la destrucción de los radicales libres. Ayuda a crear la elastina de la piel.

Este mineral forma parte importante en el proceso de creación de la melanina, es decir, que ayuda a que el bronceado permanezca por más tiempo.

El cobre es necesario para la formación de pigmentos y proporciona un color lustroso a la piel y el cabello. La carencia de cobre contribuye a la aparición prematura de canas.

De hecho, decimos que el cobre le da color a la vida porque permite que nuestro organismo pueda utilizar la tirosina, un aminoácido que influye en la pigmentación del cabello y de la piel, y su deficiencia puede provocar la formación inapropiada de la elastina (uno de los componentes del tejido conjuntivo de la piel).

Mg

El Magnesio: estimula la actividad y el metabolismo celular, por lo que es muy beneficioso para regenerar la piel. Además, inhibe las sustancias que degradan la elastina para lograr una piel más suave y elástica.

Es el componente principal en las reacciones que mantienen la integridad de los tejidos. Un dato curioso sobre el magnesio es que en el siglo XVII, en Epsom (Reino Unido) se descubrió la riqueza de las sales minerales de sus aguas al comprobar que curaban heridas y erupciones en la piel.

Si quieres lucir una piel limpia y luminosa, incrementa la ingesta de alimentos que contengan este mineral. Entre ellos, destaca el germen de trigo, los frutos secos, la avena, los higos y las espina.

Zn

El Zinc: la importancia de este mineral para la belleza es evidente, ya que la mayor parte del zinc de nuestro organismo se encuentra localizado en la piel, el cabello y las uñas. Es indispensable para la síntesis de proteínas, particularmente de las de colágeno.

Precisamente, el colágeno –la proteína más abundante en el organismo– y la elastina son los componentes presentes en mayor proporción en el tejido conjuntivo de la dermis, y aseguran la tonicidad y la elasticidad de la piel.

Su déficit limita el crecimiento y la regeneración de los tejidos, por eso es ampliamente utilizado en el tratamiento de lesiones dermatológicas con componentes inflamatorios (dermatitis, eczema, impétigo, acné vulgar e inflamatorio, celulitis, úlceras varicosas…), en los procesos de cicatrización y como protector de la piel de los bebés.

Es un nutriente antioxidante, necesario para el desarrollo de nuevas células. Juega un papel vital en la regeneración de la piel, y es aún más importante en la cicatrización. De hecho, es un mineral que ayuda a los tejidos a funcionar con normalidad. La prolongada falta de zinc puede favorecer la aparición de estrías.

El zinc, junto con las vitaminas A, E y C, son elementos necesarios, tanto para mantener la apariencia joven de la piel como para curarla de cualquier irritación, rojez o picor y además para defenderla ante su gran enemigo, el sol. Es de gran utilidad para los trastornos de fertilidad, impotencia y/o frigidez, por ello ha sido llamado el oligoelemento reproductor. A las mujeres que toman anticonceptivos orales por largos períodos les recomendamos tomar este oligoelemento.

Fe

El Hierro: es el responsable de transportar oxígeno por todo el cuerpo permitiendo que los tejidos se oxigenen debidamente, lo que conlleva a un tono de piel saludable. Devuelve el buen color de piel y su déficit provoca palidez y caída del cabello.

También actúa como activador de numerosas enzimas. Cuando sobre la piel o en otro lugar del cuerpo un vaso capilar se rompe es posible que, de la sangre que se pierde, queden algunas moléculas de hierro estancadas y se forma una mancha conocida como hemosiderina, después de que el resto de la sangre haya sido devorado por los macrófagos que desbaratan el hematoma o equímosis. Las manchas en la piel que salen en las personas de mucha edad son de hemosiderina.