El árbol del Noni
El noni, un árbol que guarda en sus frutos, hojas, raíces y semillas propiedades muy prometedoras para mejorar la calidad de vida humana, es investigado en Cuba, donde ha levantado expectativas como efectivo revitalizador y antioxidante.
Ya habíamos informado en esta página web (en el apartado “Salud” del 16/02/04) de los beneficios que parecían desprenderse del uso de este árbol. Ahora surgen nuevas noticias que avalan las prometedoras expectativas iniciales.
El investigador cubano Isidoro Scull estudia desde hace varios años las cualidades terapéuticas, y también como complemento nutricional, de los productos elaborados a base de noni, nombre hawaiano que describe a una árbol de la familia de las rubiáceas originario de Asia y Polinesia, cuyo nombre botánico es Morinda citrifolia.
“No podemos decir que cura la hipertensión o la diabetes, o que pueda hacer retroceder los tumores malignos, porque estas investigaciones no están realizadas, pero sí podemos afirmar que a personas aquejadas de estas enfermedades las ayuda a tener una mejor calidad de vida”, dijo a EFE el científico.
Scull es investigador principal del politécnico agropecuario Villena Revolución, una escuela situada en el municipio habanero de Santiago de las Vegas, donde tiene una plantación de 4 hectáreas de noni y donde acuden los interesados en consumir los productos elaborados a partir de esta planta.
“La fruta del Edén”
Como ha sido bautizado el Noni, encierra determinados principios activos que logran una acción regenerativa a nivel celular, según Scull.
Explicó que se encontró con el árbol por primera vez durante una visita a Haití, desde donde trajo semillas a Cuba y comenzó a sembrarlo en 1999.
Aunque es oriundo de Asia, en Cuba puede hallarse en lugares costeros, como la localidad oriental de Baracoa.
A sus frutos se les atribuye al menos una treintena de compuestos naturales capaces de actuar con resultados satisfactorios como antihipertensivo, antiinflamatorio, antihistamínicos, analgésico y antipirético.
En este momento hay unos 4.000 árboles en plena producción en el Instituto, donde los alumnos del centro docente participan en el cultivo, recolección de la fruta y en la elaboración del jugo, cápsulas y tabletas.
Los efectos del zumo están siendo investigados, mientras que las cápsulas ya han sido registradas como suplementos nutricionales y no como medicamentos.
Su fruto logra una acción regenerativa a nivel celular y estimula la producción de óxido nítrico en el organismo, explicó Scull.
Pero “hasta ahora no podemos decir que cura”, advirtió el especialista, aunque subrayó que los trabajos realizados confirman que los productos elaborados a partir de él contribuyen a una mejora en la calidad de vida de los enfermos.
Indicó que en la actualidad suministra el zumo y las cápsulas a unas 2.300 personas recomendadas por los facultativos que las atienden en la red sanitaria.
Entre ellos hay pacientes aquejados de neoplasias, hipertensión, y diabéticos, aunque también dijo que ha recibido informes satisfactorios de pacientes de asma bronquial, migraña, trastornos digestivos, inflamaciones vaginales y dolores reumáticos.
Un litro del zumo puede costar entre 45 y 60 dólares, aunque en Cuba se suministra gratuitamente.
Este árbol se ha sumado al “boom” de la medicina homeopática en Cuba y su cultivo se está desarrollando para extenderlo a todo el país.
Como respuesta a la demanda de estos productos, se han puesto en marcha programas en la agricultura urbana para sembrar de forma masiva esta planta, lo que –a juicio de Scull– significa que “en poco tiempo vamos a tener una gran producción en toda la isla”.
Scull es también el creador de otro producto que se comercializa en las farmacias con el nombre de “PV2”, elaborado a partir de otra planta, la “morinda royoc” que él recomienda como un potente energético.