Aunque el Reiki se utilizó por primera vez en la práctica profana, está aumentado su uso en una variedad de escenarios clínicos. Ello hace que cada vez se tenga más en cuenta esta técnica de sanación para llevar a cabo prácticas clínicas tanto en Hospitales como en Centros de Salud.
Entre los distintos lugares que están implantando el uso del reiki se encuentran la atención hospitalaria paliativa, urgencias, consultas de psiquiatría, quirófanos, enfermería, rehabilitación en pediatría y centros de práctica familiar, unidades de obstetricia, ginecología y atención neonatal, VIH/SIDA, unidades de trasplante de órganos, así como en gran cantidad de enfermedades como el cáncer, el dolor, las necesidades especiales y de autismo, infertilidad, desórdenes neurodegenerativos, y síndromes de fatiga.
Cabe destacar que existen tres niveles de práctica de Reiki. Por un lado, los individuos que utilizan el Reiki para ellos mismos, su familia y amistades. En segundo lugar, aquellos profesionales de atención sanitaria con o sin licencia que ofrecen tanto un tratamiento completo de Reiki como combinado con otras modalidades. Y en tercer lugar hay que mencionar aquellos programas comunitarios y de afiliación al hospital que ofrecen tratamiento o instrucción de Reiki.
El Reiki es una técnica de reducción del estrés efectiva que se integra con facilidad en la medicina convencional ya que no conlleva el uso de medicamentos ni el toque manipulador que puede estar contraindicado o reportar riesgos desconocidos, y debido a que el protocolo del tratamiento de Reiki es flexible, se adapta tanto a las necesidades del paciente como a las circunstancias médicas.
El Reiki puede utilizarse como apoyo en intervenciones médicas convencionales. Además, cuando se usa con un paciente consciente, la experiencia es relajante y placentera, aumentando el consuelo del paciente, reforzando la relación con el personal sanitario, y reduciendo posiblemente los efectos secundarios de la terapia y la medicación.
El personal declara que disfruta proporcionando tratamientos de Reiki. Los cuidadores que de manera rutinaria tienen que dañar a los pacientes para administrarle la atención sanitaria necesaria, expresan su gratitud por una herramienta que minimiza el malestar del paciente y suaviza rápidamente a los niños angustiados.
Instruir a los pacientes en la práctica del Reiki para el auto-tratamiento puede reducir los efectos secundarios de las intervenciones médicas comunes, así como otorgar el poder a los pacientes con una técnica sencilla y efectiva para tratar la ansiedad, el insomnio y el dolor a bajo costo. Un paciente con recursos para tratar su propio sufrimiento está mejor equipado para cumplir con los protocolos médicos convencionales y ser un compañero responsable para sus cuidadores sanitarios.
Fuente: Geosalud.