Fitoterapia: una buena alternativa para la sanidad animal

2405

Fitoterapia

La fitoterapia o uso de remedios herbales para combatir patologías que afectan a la cabaña ganadera va tomando fuerza como alternativa a los antibióticos y otros medicamentos en el control de la sanidad animal.  Igual que muchas plantas medicinales son útiles para los hombres, lo son para los animales, y ante el reto de satisfacer las demandas de la sociedad de alimentos de origen animal más sanos y seguros la industria ha comenzado a investigar en este área, con el objetivo de reducir el uso de antibióticos en los animales de granja.

Así lo confirmó a EFE Jordi Puig, portavoz de ITPSA, empresa distribuidora de compuestos activos basados en plantas naturales para administrar en tratamientos preventivos de determinadas enfermedades animales, quien subrayó que la fitoterapia “se ha convertido en una clara alternativa como medio de control y prevención de epizootias”.

A este objetivo obedecen también las investigaciones de la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, sobre la administración de aceite procedente del tomillo para el cuidado de la coccidiosis, una enfermedad común entre los pollos y que es tratada habitualmente con antibióticos.

Puig apuntó que la sustitución de estos compuestos por remedios herbales, además de reducir la ingesta de antibióticos en el ganado evitaría el aumento de las resistencias a bacterias en humanos y resolvería el problema de la comunidad veterinaria que cada vez cuenta con menor numero de medicamentos para combatir las epizootias.  Agregó que “en el caso de los angiostatos (sustancias específicas para la prevención de epizootias que se utilizan en los piensos) las empresas productoras no quieren renovar las licencias, porque saben que en dos o tres años las pueden prohibir” y así habrá muchas enfermedades para las que no se va a disponer en un breve espacio de tiempo de productos preventivos, vía piensos, para controlarlas.

Explicó que estos tratamientos de fitoterapia consisten en identificar los componentes activos de las distintas plantas, como ajos, alcachofas, canela o tomillo, con amplio espectro de actuación sobre determinadas patologías y para la prevención de determinadas bacterias y parásitos.  Son complementos alimentarios que no tienen una regulación específica, por lo que hasta ahora se les aplican las mismas exigencias que para cualquier compuesto químico que se utiliza en la actividad veterinaria en todo animal que vaya a entrar en la cadena alimentaria.

Estos aditivos se utilizan mucho en la prevención del ostridium o la enteritis necrótica, enfermedad muy virulenta en avicultura que normalmente se controlaba con antibióticos; contra el coccidium para uso en aves y rumiantes o contra la histomoniasis, una enfermedad de los pavos que provoca importantes daños y para la que no hay ningún medicamento autorizado para combatirlo.

Básicamente son productos naturales que generan menos resistencias bacteriológicas que permiten una prolongación de los periodos de uso y administración y garantizan la ausencia de residuos en las canales.  Esto las ha convertido en terapias muy utilizadas en los sistemas productivos ecológicos y pese a la gran acogida que tienen entre los ganaderos en España, el uso de la fitoterapia apenas llega al 3% de los tratamientos frente a los niveles de Francia, que ya rondan el 20%.