La OMS alerta de posible catástrofe sanitaria por cepa de malaria resistente

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de la “catástrofe sanitaria pública” que causará una cepa de la malaria resistente a los fármacos detectada en el sudeste de Asia si llega a otras zonas del mundo.

“Si se extiende fuera de sus límites y llega a África, realmente podría convertirse en una catástrofe sanitaria pública”, dijo el director del Programa sobre Malaria de la OMS, Robert Newman, en la Conferencia “Malaria 2012: Salvando vidas en Asia Pacífico”, que se celebra hasta el próximo viernes en la ciudad australiana.
Esta cepa de la malaria o paludismo ha aumentado su resistencia a los tratamientos de artemisinina en la región del Gran Mekong, que incluye áreas de Camboya, Tailandia, Birmania (Myanmar), Laos y Vietnam.
Por el momento, los medicamentos contra la malaria utilizados en África siguen siendo efectivos, pero si la cepa detectada en la región del Mekong alcanza ese continente, puede causar la muerte de unas 200.000 personas, alertó Peter Baxter, director general de la agencia de cooperación internacional de Australia AusAID.
Según el profesor Dennis Shanks, del Instituto Militar contra la Malaria de Queensland, es muy probable que esta cepa detectada en 2009 se extienda fuera de los límites de la región Asia Pacífico y los medicamentos dejen de ser eficaces a medio y corto plazo.
“Debemos recordar que la resistencia a los medicamentos se ha desplazado antes desde el Sudeste Asiático hasta Papúa Nueva Guinea y más allá”, comentó Shanks, al referirse a la cepa resistente a la cloroquina que se descubrió en la cuenca del Mekong en 2001.
En todo el mundo se registran anualmente más de 216 millones de casos de malaria, una enfermedad que se transmite a los humanos mediante la picadura de mosquitos anofeles infectados, y de este total, 655.000 son mortales, de acuerdo a datos facilitados por la OMS.
Unos 30 millones de casos de malaria se contabilizan cada año en en la región de Asia-Pacífico, donde la enfermedad es endémica en 22 países y causó la muerte a unas 42.000 personas en 2010, la mayoría de ellas en India, Birmania (Myanmar), Bangladesh, Indonesia y Papúa Nueva Guinea.
En las últimas décadas, la tasa de mortalidad por esta enfermedad infecciosa ha disminuido un 20 por ciento, pero también en se han reducido las contribuciones económicas a favor de los esfuerzos por prevenirla y combatirla, así como el desarrollo de nuevos medicamentos.
Las autoridades sanitarias de los países del sudeste de Asia dirigen la mayor parte de las medidas a prevenir que el mosquito transmisor de la malaria penetre en las viviendas por la noche, mientras que por lo general, las de las naciones del Pacífico centran sus esfuerzos en campañas de prevención durante el día.
“Y por cada dólar que se invierte en el control y tratamiento de la malaria se ahorran dos dólares en medicinas y otro tipo de costos”, enfatizó el director general de AusAID.
Por ello, la lucha contra la malaria ha alcanzado un “momento crucial”, dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un vídeo difundido durante la reunión de Sídney que persigue acelerar las medidas para reducir en un 75 por ciento los casos de contagio y muerte en el Asia Pacífico para el año 2015.
Australia, que destina a Asia Pacífico el 75 por ciento de los 5.000 millones de dólares del total de su presupuesto para la cooperación internacional, confía en poder “salvar vidas” en esa región, indicó en otro mensaje grabado, la primera ministra, Julia Gillard.
La conferencia, en la que participan de diez ministros de Sanidad de países de la región, destacados funcionarios, científicos y otros expertos en medicina tropical, concluye el próximo 2 de noviembre con una reunión ministerial encabezada por el jefe de la diplomacia australiana, Bob Carr, y el enviado especial de la ONU para la Malaria, Ray Chambers.