La respiración: motor de la vida completa

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La verdad es que al empezar un nuevo día, podemos felicitarnos cada mañana porque la primera respiración que realizamos conscientemente nos dice, ya al abrir los ojos: ”¡Estás vivo!”, ”¡Estás viva!”. Podemos expresarlo como un “nacimiento en el presente”, una especie de aterrizaje en el momento vital, un punto de inflexión que actualiza la línea de nuestra biografía.

Nuestro programa se desarrolla en una combinación de respiración automática (nocturna, durante el sueño) y una respiración en vigilia (realizada casi inconscientemente, sobre todo hasta que nos damos cuenta). Pasar de la respiración automática, la que nos ayuda durante el sueño, a una respiración consciente como un inicio a la actividad diaria, nos proporciona una sensación de movimiento o de “puesta en marcha”: lo acompañamos con un estiramiento de todo el cuerpo, muy placentero, que también nos aporta una sensación sobre nosotros mismos, una puesta a punto del vehículo corporal.

Es interesante subrayar que la respiración está vinculada a los otros ritmos que posee el cuerpo: hay como una cadencia proporcional o matemática en los distintos pulsos: la frecuencia respiratoria habitual suele ser de 12 inspiraciones por minuto, en reposo (es decir, sin una actividad física o de esfuerzo relevante). El ritmo cardiaco o pulso de los latidos del corazón presentan una variabilidad de 60 a 100 pulsaciones por minuto. Conocemos que las ondas cerebrales se miden en Herzios, siendo las ondas beta (hacia 32 hz) las que predominan en las actividades habituales). Relajar la entrada del aire, según la respiración va siendo más consciente en nosotros, permite modificar el ritmo cardiaco y por resonancia, los movimientos en las ondas cerebrales y el pulso de la médula espinal.

Podemos afirmar también que el campo áurico también posee un ritmo de vibración y se adapta a los cambios que se generan desde la respiración (algunos autores comentan que estaría en unos 16 hz aproximadamente, en condiciones de vibración consciente).

Respirar en la naturaleza, ¡el gran abrazo arborescente!

Muchas veces, la naturaleza y el paisaje se ocupan directamente de modificar las características de nuestra respiración, ofreciéndonos, casi de forma instantánea, una “mejor versión de nosotros mismos” casi sin darnos cuenta. La verdad es que la energía de un espacio natural, los árboles, el fluir del agua con su sonido especial, consiguen calmar automáticamente los ritmos de nuestro organismo y de nuestro campo energético.

Parece algo mágico, ya que nos sentimos “envueltos” por una energía acogedora, atrayente que consigue hacernos cambiar no sólo en lo físico sino en el estado emocional y en las ondas expansivas que amplifican nuestro aura.

Encontramos el centro, ese punto o esa sensación de la que todos hablan y no sabemos, en realidad a qué se refiere, hasta que nos conectamos con la fuerza de nuestra capacidad inspiratoria y la sensación interna de respirar “de verdad”.

Es el sistema nervioso el que se beneficia inmediatamente de este cambio favorable, de esta relajación casi instantánea. Para entender la acción del sistema nervioso podemos imaginar la caida hidráulica del agua en un pantano o similar, en donde ese movimiento genera electricidad. Nuestro sistema nervioso posee un funcionamiento similar a esa fuerza en caudal que se crea con los saltos de agua. 

Su actividad y beneficio para el organismo

La interconexión de los órganos de nuestro cuerpo y las áreas de influencia de los dos sistemas: simpático y parasimpático, son los beneficiarios de una buena capacidad de adaptación y de recuperación de equilibrio, a través de los pulsos adecuados y su sincronía con los otros ritmos que mencionamos.

Según podemos apreciar, tanto a través del sistema nervioso y su conexión con los órganos, como en el nivel celular de cada parte que compone nuestro organismo, la acción benéfica de la respiración y una mayor entrada de oxígeno se convierten algo muy importante, y que puede dar la continuidad a lo que entendemos como “salud” o “estado saludable”.

El misterio de la respiración

En las culturas ancestrales se habla siempre de la existencia de una energía casi invisible que se haya dentro del oxigeno que entra en la respiración. Se denomina “prana” o “chi”, “orgón” y se entiende que es el elemento energético que proporciona la vitalidad y que mantiene la vida. Se les suele denominar, en el vocabulario clásico como “glóbulos de vitalidad”, casi transparentes, que son visibles para muchas personas en estado de quietud, tumbados, cuando se mira hacia el cielo abierto, por ejemplo).

Podemos definir que el oxigeno en la respiración es la “gasolina invisible” que mantiene nuestras constantes vitales, sostiene la actividad de la persona y le permite tanto la actividad física como sustentar la vida emocional. (Lo primero que se modifica cuando el estado de ánimo se ve perturbado, es la respiración.

Tomar consciencia de esta posibilidad e integrar un nivel mayor de energía a través de una respiración más consciente, es en el fondo como acariciar todo nuestro organismo y nuestro ser completo. Las células responden inmediatamente a la recepción de este nivel aumentado de oxígeno.

El cerebro también transmite nuevos pulsos, que permiten encontrar serenidad en los hemisferios y una cierta “paz” en la mente.

Es conocido que los elementos materiales que necesita el cerebro para un buen funcionamiento parten de esta tríada: oxígeno, glucosa (azúcar) y sonido.

El temido estrés que azota la vida de nuestras ciudades y civilizaciones ya globales, va remitiendo con pautas progresivas de relajación, basadas en la respiración.

El aspecto espiritual de la respiración hace referencia a un reflejo en lo “microcósmico” de un pulso “macrocósmico”. Es como si pudiéramos concretar que funcionamos del mismo modo: sístole/diástole/pausa; en la respiración: inspiración/pausa/expiración. De hecho, algunos estudiosos están considerando que el ritmo cardiaco contiene ese pequeño movimiento hacia el tres, como si hubiera una mini-pausa entre cada uno de los dos movimientos.

El desarrollo de las técnicas de respiración en el crecimiento personal, en la meditación o en el yoga, por poner algunos ejemplos, fomenta la conexión con la respiración para empezar a tomar “conciencia de sí”, es decir que se van transformando las sensaciones de una respiración automática hacia una sensibilidad muy sutil, acerca de lo que es:

  • Una mayor calidad del aire.
  • Una inserción de una energía sutil que denominamos prana.
  • La ampliación de la irradiación del campo áurico.
  • La posibilidad de realizar una especie de “respiración dentro de la respiración”, que nos lleva a estados de conciencia especiales.

En este sentido, el músculo del diafragma tiene un papel muy relevante, porque no sólo actúa como el músculo más importante en la respiración, no sólo permite ampliar el espacio para alojar en los pulmones una mayor cantidad de aire, sino que nos permite centrar la atención y articular adecuadamente los cambios de onda cerebrales, a través de la concentración, la visualización y el acto de voluntad desde nuestra conciencia más intima.

Ascender en la espiral que gira: respirar en “modo fractal”

Entrar en otros niveles de conciencia es como ascender por una espiral. Necesitamos el impulso de la conciencia en la voluntad, la apertura de las fosas nasales, permitiendo suavemente la entrada del aire y la acción del diafragma para sostener la experiencia.

La variación en la oleada inspiratoria, el movimiento oscilante de una respiración que amplía su capacidad hacia “lo invisible” nos llena de preguntas.

¿Podríamos pensar que en la respiración consciente nos adentramos en un movimiento fractal (de alta matemática), en una respiración “supra-consciente”? Por mi parte, en mi experiencia profesional y terapéutica, considero que así es.

¿Accedemos a “respirar nuevos aires” cuando contactamos con otras franjas energéticas más sutiles? La respuesta también es afirmativa en la práctica de tantos años. ¿Se va revelando el misterio de la respiración” a través de la atención especializada? ¿Qué puertas o portales promueve la respiración supra-consciente? Afirmamos que nos aporta una escala de peldaños por los que viajar a nuevos espacios inmateriales, a nuevas vivencias de la conciencia. Con “seguro de viaje”, porque siempre nos devuelve al cuerpo y al momento presente, mejorados en la contrapartida física de nuestro ser y ampliados en nuestra energía de campos de luz.

Podemos entender que, al igual que la entrada en este mundo, al nacer, pasamos de un elemento líquido (el líquido amniótico) a vivir en un elemento de aire (con los pies en la tierra), a través de la respiración sutilizada que comentamos, se propicia el paso del elemento aire a lo que denominamos elemento Éter, a una escala de franjas vibracionales en donde el aire sería solo “el suelo” del nuevo paisaje al que accedemos en otros estados de conciencia. Es una experiencia que se produce casi automáticamente cuando conectamos la apertura pulmonar, la relajación adecuada y la sincronización de hemisferios en un estado de ondas alfa o más profundas.

Para identificarlo con una imagen aproximada, esta sensación sería la continuación de aquello que experimentamos en un espacio abierto, en la naturaleza. Un conjunto de árboles puede ofrecernos un “cambio de chip”, sin casi darnos cuenta; una relajación por “inmersión” en este contexto tan auténtico, nos aporta una liberación de tensiones y estrés, nos ofrece una vivencia que recupera en nosotros niveles mayores de tranquilidad y equilibrio, permitiendo incrementar la sensación (a veces perdida) de nuestro propio yo, de ser “uno mismo”.

En el ejercicio de “La respiración de la rosa” ofrecemos una oportunidad de ir hacia adentro de la respiración, conectando niveles de energía más sutiles.

Prácticas

Proponemos dos ejercicios que pueden realizarse do forma sencilla, con el objetivo de experimentar los beneficios de centrar nuestra atención en el punto focal de la respiración.

El primer ejercicio es “abriendo la respiración”, un ejercicio que podemos realizar sin esfuerzo, buscando un momento de tranquilidad. Los apoyos para la experiencia son: un espacio ventilado y tranquilo, un tiempo para poder realizarlo, una música que nos aporte relajación y ropa cómoda en la zona de la cintura.

Abriendo la respiración

Ejercicio de apertura de los espacios respiratorios, para ampliar la capacidad del sonido de la voz humana.

Consiste en presionar correctamente las yemas de los dedos de una mano contra las de la otra. Tres zonas:

  1. Para abrir el espacio inferior, presionar las yemas de los dedos meñiques y los anulares con firmeza, pero sin hacer fuerza.
  2. Para el espacio mediopresiona las yemas de los dedos medios.
  3. Y para el espacio superior, las de los pulgares y los índices.

Si quieres intentar abrir todos los espacios simultáneamente, presiona las yemas de los cinco dedos al mismo tiempo.

La respiración de la rosa

Realizaremos una respiración creciente, en secuencias que aumentan la capacidad pulmonar. Previamente, conviene tener cierta práctica de respiración, con el ejercicio anterior u otros similares.

Contaremos dos tiempos de inspiración, uno de retención y dos de espiración. Despacio, evitando cualquier síntoma de mareo o debilidad (por la entrada mayor de oxigeno), iremos ampliando los tiempos: 3-2-3; 4-2-4; 5-3-5.

Repetir varias veces esta secuencia creciente. Si es necesario, descansar unos minutos. Después, retomar las respiraciones, incorporando la segunda parte del ejercicio, hasta llegar a 8 tiempos: 3-2-3; 4-2-4; 5-3-5; 6-3-6; 7-3-7; 8-4-8; 8-4-8.

La maravilla de estas prácticas es que el organismo físico y el ser interno recuerdan enseguida el mecanismo para realizarlos.

Es posible que traigamos un conocimiento profundo, adquirido ya en otros momentos de nuestra existencia, sobre los caminos de la respiración, como una semilla que se activa cuando ponemos el motor en marcha en la atención dirigida a la respiración natural, la respiración consciente y nos enfocamos hacia la respiración supra-consciente. Escala para respirar la “Vida Verdadera”.

Macarena Miletich
Especialista en Técnicas Vocales. Sanadora y Terapeuta. Creadora de Sanación Sonora del Ser. Escritora. Investigadora.