Hidrolatos para nuestro bienestar

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Los hidrolatos o aguas florales son obtenidos de la destilación de las plantas. Cuando destilamos una planta, obtenemos dos productos en el mismo proceso: por un lado está el hidrolato y, flotando sobre este, el aceite esencial. Podemos decir que el aceite esencial es la concentración más pura de las moléculas aromáticas de la planta, de hecho un aceite esencial es 100 veces más potente que la misma planta seca. Pero, el tanto tiempo olvidado hidrolato, está también impregnado de las mismas moléculas aromáticas, por lo que presenta unos principios activos y efectos terapéuticos similares, pero con la ventaja de que la concentración de estos principios activos es muy inferior a la de los aceites esenciales y además son hidrosolubles, por lo que no presentan ninguna contraindicación, al contrario de los aceites esenciales, con los que SÍ que debemos tomar muchas precauciones. El hidrolato no es un agua con aceite esencial.

Se obtienen hidrolatos de cualquier planta que se destile, así que la lista es tan extensa como la de los aceites esenciales, a excepción de los obtenidos por presión, como son los cítricos.

Para beneficiarnos de sus propiedades, podemos aplicarlos tanto por vía interna como externa. Por vía interna nos bastará con una cucharilla en una vaso de agua, tibia y lo más pura posible, o bien una cucharada disuelta en un litro de agua e ir bebiendo de este litro a lo largo del día.

Con los hidrolatos también podemos hacer gárgaras o enjuagues bucales, o bien pulverizarlo en la zona afectada para combatir una infección.

Por vía externa los podemos pulverizar sobre la cara o el cuerpo, como tratamiento cosmético, o para aliviar cualquier problema de la piel, como psoriasis, eczemas, heridas…

Pero es muy importante, para beneficiarnos de sus inmensas propiedades, que consigamos hidrolatos de primera calidad, obtenidos de plantas de origen silvestre o de cultivo ecológico, ya que si no la planta estará impregnada de pesticidas y componentes químicos que, sin más remedio, pasarán el filtro de la destilación y estarán presentes en nuestro hidrolato, restando propiedades beneficiosas para nuestra salud y, quizá aumentando otras no tan beneficiosas e incluso perjudiciales para nuestro organismo. Es también importante que a la hora de elegir el hidrolato observemos que en sus componentes a parezca únicamente “Hidrolato 100% puro y natural de cultivo ecológico”. Es muy fácil encontrar en el mercado “agua de rosas”, “agua de azahar”, e incluso “agua de avena” (todavía no sé cómo se obtiene el agua de avena, la verdad). Estos suelen ser compuestos sintéticos, a los que se le agrega un perfume químico, o hidrolatos que han sido modificados con alcohol y demás compuestos. Estos productos NO SON HIDROLATOS, no tienen los mismos usos y han perdido todas sus propiedades y, por descontado, jamás los utilizaríamos para uso interno.

La vida de este producto es de uno o dos años y su conservación se hará en lugar fresco, a unos 10 grados y en botella de cristal cobalto o marrón.

El aceite esencial y el hidrolato, obtenidos de la misma planta y en el mismo proceso de destilación, no nos ofrecen, ni exactamente las mismas propiedades, ni el mismo olor o sabor, debido a. El tratamiento con hidrolatos es muy adecuado para personas delicadas y sensibles, como ancianos, niños o embarazadas, debido a la baja concentración de moléculas que nos aporta.

La lista de patologías que podemos tratar con ellos es larga. Por ejemplo, podemos tratar el acné juvenil con una cucharilla de hidrolato de romero verbenono y otra de té del labrador, disueltas en un litro de agua mineral y bebido a lo largo del día. Esta cura durará en función de la evolución del acné. Podemos ampliar el tratamiento con una sinergia de aceites esenciales aplicados directamente sobre los granitos.

El Hidrolato de Zanahoria (semillas), es un excelente depurativo hepático renal, purificador sanguíneo, regenerador cutáneo, regulador cardiovascular. Por vía oral está indicado en colesterol e hipertensión y en eccemas. En las indicaciones cosméticas (pulverizado) podremos utilizarlo en inflamaciones cutáneas, psoriasis, eccemas, piel marchita y/o enrojecida. Es un estupendo complemento durante el verano, pues nos va a proteger de la aparición de las temidas manchas solares, aunque lo podemos y debemos usar durante todo el año si tenemos tendencia a la aparición de manchas en nuestra piel.

El Hidrolato de Rosa Damascena tiene multitud de aplicaciones, debido a la multitud de principios activos que contiene: es antiséptico, regulador hormonal, regulador del apetito, ansiolítico, regulador psicoemocional. Por vía oral lo podemos aplicar en bronquitis, apetito excesivo, abuso de café, alcohol y drogas, frigidez e impotencia, migrañas, congestión hepática, insomnio y nerviosismo. Pulverizado para uso cosmético, será excelente para calmar rojeces y cuperosis, tónico para pieles secas, calmar reacciones alérgicas cutáneas, eccema, dolor ocular, cuidados del bebé. Podemos pulverizarlo directamente en los ojos cuando los tengamos cansados o irritados.

Estos son tan solo unos pocos ejemplos de utilización de algunos hidrolatos, pero, como ya he dicho, la lista es extensa, como también es extensa la lista de patologías y anomalías cutáneas que podemos corregir. Podemos complementar la HIDROLATERAPIA con otras técnicas y productos naturales, para potenciar sus efectos. Para problemas de la piel, combinar hidrolatos con aceites vegetales y esenciales, nos dará unos resultados excelentes. También podemos utilizarlos para hacer mascarillas con arcillas naturales, y a estas añadirles aceites esenciales en función del objetivo que queramos alcanzar.

Es importante tener en cuenta que los hidrolatos no interfieren en medicaciones alopáticas, puesto que su concentración de principios activos es muy baja e infinitamente inferior a la de su aceite esencial.

La aguas florales existen desde hace miles de años. En el antiguo Egipto eran muy apreciadas. En el siglo XI alcanzaron mucha importancia, de hecho, el objetivo de la destilación no era conseguir los aceites esenciales, si no las aguas florales. Fue en el siglo XVIII cuando estas aguas alcanzaron realmente todo su apogeo. Pero, tras esta época, comenzaron a tomar más importancia los aceites esenciales, y los hidrolatos comenzaron a desecharse por los productores, conservando tan solo, los hidrolatos de lavanda, rosa, azahar y manzanilla, unos por sus propiedades cosméticas, y otros por sus propiedades contra la depresión o el insomnio.

Afortunadamente, en la actualidad, los hidrolatos comienzan a recuperar poco a poco su prestigio, y podemos encontrar algunos hidrolatos muy confiables, ya comercializados, aunque, la verdad, no es fácil todavía acceder a ellos. Hemos de continuar trabajando para que el público en general pueda conocer las bondades de este producto y se pueda beneficiar de las múltiples propiedades que nos brindan para nuestro bienestar. Si lo conseguimos, en un corto-medio plazo, podremos tener acceso a tantos hidrolatos como aceites esenciales tenemos en el mercado, tan solo depende de que la demanda aumente, para que los productores se decidan a sacar a la venta todos esos hidrolatos que hasta hace bien poco se desechaban.

Lola Pérez
Directora de NatuCorpore
www.natucorpore.es
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