Las anemias

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Desde el punto de vista que nos proporciona el trabajo clínico y de investigación, vemos con cierta preocupación y a veces con incredulidad, como las anemias continúan apareciendo como uno de los más frecuentes desórdenes de nuestros pacientes, muy particularmente entre las mujeres en edad reproductiva y también entre los bebés, niños y niñas. Pareciera como si, con independencia del los niveles de desarrollo humano y de la calidad de vida de nuestro país y los de su entorno, quienes tenemos el enorme privilegio de vivir en lugares donde la comida suele ser suficiente en la mayoría de las clases sociales, no fuéramos conscientes de ello y despreciáramos esta situación privilegiada.

Pienso que, salvo en los casos de patologías previas o de carencias económicas graves, es increíble que en nuestras sociedades haya personas anémicas por descuido, por dietas inadecuadas o por efecto de las modas.

Definiendo las anemias

Definimos así a un síndrome que presenta una disminución anómala del número y/o tamaño de los glóbulos rojos que contiene la sangre o de su nivel de hemoglobina.

Nunca deja de sorprenderme pero la causa más frecuente de las anemias que detectamos y tratamos, es la mala nutrición, bien sea por alimentación escasa debido a dietas inapropiadas o erróneas o por cambios en el estilo nutricional como por ejemplo, iniciar sin los conocimientos adecuados, una dieta vegana o vegetariana. Para mi, que durante años he vivido y trabajado en países empobrecidos y he visto muchas muertes, sobre todo infantiles, causadas por las anemias, ese hecho me lleva a pensar sobre cómo a veces no valoramos lo que tenemos en el ámbito de la calidad de vida y de la propia vida.

Causas más frecuentes

Las anemias por disminución de la hemoglobina (Hb) en sangre, pueden deberse a diversas causas, una de las más comunes es la falta de hierro (anemia ferropénica), pero también puede ser un síntoma de un trastorno no evidente, frecuentemente desórdenes de la esfera emocional y trastornos en el sistema digestivo como disbiosis por candidiasis, infecciones por parásitos, amebiasis, etc. Las evidencias clínicas del síndrome anémico, frecuentemente son consecuencia de la puesta en funcionamiento de mecanismos de adaptativos que desencadena el organismo para hacer frente al descenso de la oxigenación de los tejidos y van en función de la edad del paciente, la rapidez de su instauración y el estado del sistema cardiovascular.

También es frecuente encontrarnos con anemias originadas por déficits de: Déficit de hierro (anemia ferropénica), de vitamina B12, de ácido fólico y de eritropoyetina.

El hierro es indispensable para la formación de la hemoglobina, sustancia encargada de transportar el ox­ígeno a todas las células del cuerpo. El hierro, junto con el ox­ígeno es necesario también para la producción de energía en las células. En el organismo, el hierro se encuentra principalmente en la sangre, pero también en los órganos y en los mú­sculos. Es paradójico que a pesar de que el hierro es el curto elemento en cantidad en la corteza terrestre, su déficit sea el causante de tanto sufrimiento, enfermedades y muertes.

La hemoglobina (Hb)

Es una heteroproteína con un pigmento rojo contenido en los hematíes de la sangre de los vertebrados, cuya función consiste en captar el oxígeno de los alvéolos pulmonares y llevarlo a los tejidos y de vuelta, en tomar el dióxido de carbono de estos y transportarlo de nuevo a los pulmones para expulsarlo.

Decimos que hay anemia si la concentración de hemoglobina en sangre es baja o muy baja, si bien la de eritrocitos pueda ser normal o elevada. Los valores de referencia de concentración de hemoglobina en sangre pueden variar según la población de que estemos hablando, pues depende de factores diversos como la edad, el sexo, las condiciones ambientales y los hábitos alimentarios.

VALORES DE REFERENCIA

Recién nacidos/as (a término) 160 ± 30 140
Niños/as 3 meses 150 ± 20 95
Niños/as de 1 año 120 ± 10 110
Niños/as entre 1 y 12 años 130 ± 10 120
Mujeres reproductivas (no embarazadas) 140 ± 20 120
Varones adultos sanos 150 ± 20 130

 

Efectos inmediatos de las anemias en el organismo

En caso de anemia, la respuesta inmediata del organismo será la redistribución de la sangre para garantizar la oxigenación de los órganos vitales. Este proceso conlleva dos fenómenos simultáneos:

  1. La redistribución del flujo sanguíneo: generando vasoconstricción de las áreas de menor consumo de sangre, como la piel (palidez y frialdad) y los riñones (déficit térmico general), para, poder desviar sangre a zonas de mayor demanda como el cerebro. De este modo, se obvia en parte la precariedad de Hb y se garantiza el funcionamiento básico y la supervivencia del sistema.
  2. Aumento del gasto cardíaco: el mayor gasto cardíaco es una respuesta a la hipoxia de los tejidos. En estos casos aumenta la cantidad de sangre bombeada. Esto no sucede hasta que la concentración de hemoglobina en sangre descienda por debajo de 70 g/l. Clínicamente, el mayor gasto cardíaco se manifiesta con taquicardia y aparición de soplos sistólicos funcionales

Síntomas más comunes de las anemias

  • En anemias leves o moderadas: palidez, cansancio, reglas abundantes, déficit respiratorio, fatiga muscular, taquicardia y palpitaciones, cambios de conducta, cefaleas, vértigos, trastornos visuales, insomnio, falta de concentración, desorientación…
  • En casos de anemia es muy intensa: puede darse disminución o anulación del ritmo menstrual, taquipnea (respiración muy rápida) o pérdida del conocimiento. Alteraciones de la visión, cefaleas, etc.
  • En casos graves: pero si la hemoglobina desciende por debajo de 30 g/l a veces aparece hipoxia cerebral, cefaléas, vértigos y a veces casos de entrada en coma.

Tratamientos de las anemias

Dependerá de la causa o causas que las provocan, pero siempre será un factor determinante saber cual es la causa que, en el caso concreto, la ha provocado para poder atajarlo y tratar de eliminarlo junto a la anemia.

Los tratamientos convencionales incluyen soluciones naturopáticas con dieta y suplementos ricos en hierro. Por lo general solemos recomendar, con excelentes resultados, eliminar si es posible, la causa que genera la anemia, una dieta apropiada y rica en elementos férricos para reponer los déficits y un remedio cuántico destinado a fijar todos los átomos de hierro, hemo y no hemo y vitamina C, que se ingieran. También a veces recurrimos a la homeopatía. Sólo en los casos muy graves, la medicina alopática recurre a transfusiones de sangre.

Durante el tratamiento, recomendamos que se eviten ciertos alimentos que actúan como inhibidores de la absorción de hierro como: calcio, magnesio, huevos, legumbres, cereales integrales, espinacas, café, cacao, té, etc.

A pesar de su frecuencia y transcendencia en la vida de las personas que las padecen, las anemias son de fácil determinación y su tratamiento, en general, dan excelentes resultados y que el éxito frente a estos desórdenes de la salud proporciona enormes cambios en la vida y en la calidad de vida de los pacientes, por lo que vale la pena tratar las anemias y sus causas y aprender lo necesario para saber como enfrentarlas y resolverlas.

Fernando Bernal Martín
www.centrovidasana.com