Una tercera parte de los 25 millones de gafas de sol que se venden o regalan cada año en España incumple la normativa de protección ocular y pueden ser perjudiciales para los ojos, según la asociación de fabricantes European Sunglass Association (ESA), que preside el catalán Antoni Olivella.
La ESA, que agrupa a los 67 principales fabricantes de lentes ópticas de Europa, ha denunciado en Barcelona la proliferación del fenómeno “top manta” en gafas de sol que, según datos de la asociación, causó el año pasado unas pérdidas al sector en España de unos 400 millones de euros.
“Calculamos que de los 25 millones de gafas de sol que se venden cada año en España, sólo unos 5 millones son de alta calidad y otros 8 millones no tienen ninguna garantía porque se venden en la calle, en chiringuitos de playa o se regalan en revistas y gasolineras”, ha denunciado Olivella.
Según el presidente de la ESA, la gran mayoría de las gafas de sol de mala calidad, que se pueden adquirir por 5 ó 6 euros en la calle y en tiendas no especializadas, proceden de fábricas en China que, según él, esclavizan a sus trabajadores y que entran a España con un precio de tan sólo entre 0,70 y 0,90 euros.
Olivella ha advertido de que “comprar gafas de sol en lugares no autorizados puede poner en peligro la salud visual de las personas, porque un alto porcentaje de éstas incumplen las normativas sanitarias de la UE y no garantizan la protección adecuada frente a los rayos ultravioletas”.
“La lente oscura de la gafa de sol dilata la pupila y una pupila dilatada deja pasar más rayos ultravioleta y si la lente no tiene filtros que protejan al ojo, esta agresión puede ocasionar importantes lesiones, como la conjuntivitis o las cataratas prematuras”, ha advertido Olivella, que también es directivo de Indo, la única fábrica española de lentes.
Además, las gafas de sol de mala calidad suelen tener los cristales tallados irregularmente, por lo que “podemos ponernos unas gafas de sol que tienen cierta graduación sin saberlo y luego nos duele la cabeza”, ha explicado el presidente de ESA, que ha lamentado la poca ayuda que el sector recibe de la administración y la falta de colaboración de los oftalmólogos que no hacen campañas para demandar la protección solar de los ojos.
Olivella también ha advertido de que los niños son los que tienen los ojos menos preparados para recibir rayos ultravioleta del sol y los más expuestos a sus peligros, aunque son los que menos usan las gafas de sol.
“Si nos preocupamos de poner crema protectora a nuestros hijos cuando van
a la playa, ¿por qué no nos preocupamos de sus ojos, donde la única protección completa son unas buenas gafas de sol?”, se ha preguntado Olivella, que ha reconocido que en las ópticas existe poca oferta de gafas de sol infantiles.
Según datos facilitados por la ESA, la mayoría de las gafas de sol que se venden en las playas son compradas por los turistas extranjeros que visitan España y los españoles son los europeos que menos gafas de sol adquieren, pese a vivir en el país más soleado.
En este sentido, el estudio elaborado por la ESA señala que dos de cada tres europeos usan gafas de sol, que los franceses son las que más las utilizan, los españoles los que menos y los ingleses las que las renuevan más a menudo.