Diabetes: paradoja emocional – deseo y no quiero amor

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Son innumerables las veces que escuchamos decir a alguien que es diabético, que conoce a algún diabético o incluso que en su familia hay portadores de esta patología. Pero en realidad, aunque se habla mucho de ella, por el elevado porcentaje de personas que la poseen en el mundo, es también desconocida. Existen muchas preguntas sin respuestas desde el ámbito científico, que no consigue identificar un factor o causa por la que se produce, pero si una lista de síntomas asociados y posibles complicaciones.

Clínicamente, sabemos que la diabetes es una afección considerada crónica, que se desencadena cuando el organismo pierde su capacidad de producir suficiente insulina o de usarla adecuadamente. Claro que existen diversos tipos de diabetes, dependiendo de su gravedad, síntomas asociados o procesos en los cuales se encuentra la persona (gestación).

La insulina es una hormona fabricada en el páncreas, que permite que la glucosa de los alimentos pase a las células del organismo. Allí se transforma en energía que logra que funcionen los músculos y tejidos, que todo nuestro cuerpo se active. De este modo, como la glucosa no ha sido absorbida adecuadamente, se queda circulando en la sangre, provocando la llamada hiperglucemia o aumento de glucosa en la sangre, que puede provocar daños en los tejidos. Lo más probable, dependiendo del tipo de diabetes que la persona posea, es que con el paso del tiempo, aparezca el cuadro de consecuencias que nos indican los profesionales de la medicina clínica. Pero en este caso, no vamos a hablar de los agravantes que puede tener en el futuro una persona diabética, ni tampoco de las diferentes variantes de la diabetes (diabetes tipo 1, diabetes tipo 2 y diabetes gestacional), sino que vamos a concentrarnos en encontrar respuestas holísticas, psicosomáticas y energéticas a algunos porqués de todo el entramado de esta patología común y temida a la vez.

Según estudios recientes de la Organización Mundial de Salud (OMS), aproximadamente 150 millones de personas en el mundo padecen diabetes en sus diferentes variantes. Datos preocupantes y alarmantes que han llevado a la comunidad médica a creer que la diabetes tiene más posibilidades de aparecer en sujetos que tienen familiares portadores, por ello, en algunos casos, los médicos creen que puede haber factores hereditarios. En cambio no hay estudios que comprueben esta relación. Entonces ¿Qué es hereditário en esta patología? ¿Podemos determinarla como una patología genética-hereditaria? ¿Porque algunas personas sin antecedentes familiares también son diabéticas? Son dudas, preguntas sin respuesta que han surgido en muchos diabéticos y familiares. La verdad es que los médicos no están muy lejos de alguna de las causas de la diabetes, pero tienen un enfoque equivocado.

Es cierto que aparece con mayor frecuencia en miembros de familias donde hay antecedentes, así que podríamos decir que es hereditaria, incluso genética, pero no por factores físicos, ni porque exista un “gen” que se transmita de padres a hijos, de abuelos a nietos o en cualquier otro lazo de parentesco. Aquello que es transmitido de generación a generación, en muchos casos, es el patrón de pensamiento y el patrón psico-emocional que origina la diabetes. Por eso esta teoria médica de “herencia genética” no funciona en todos los casos, porque no todos los seres humanos actuamos igual que nuestros padres, abuelos, tíos o hermanos. Sino que en algunos casos, cuando nacen o con el paso de los años, debido a las características de su personalidad individual y a vivencias kármicas, resuenan en la misma frecuencia que la persona diabética más cercana. Poco a poco ese patrón se entraña en su subconsciente y se traslada a las zonas del cuerpo que resuenan con ese patrón, provocando desajustes físicos que si se mantiene durante un largo período de tiempo, dan una sorpresa poco agradable cuando visitan al médico: aparece la diabetes de forma imprevista y nadie sabe realmente su origen.

Como seres humanos, los patrones mentales y psico-emocionales no se generan solamente como un factor hereditario, sino que en muchos casos las vivencias pasadas o actuales generan un cuadro de emociones, sentimientos, pensamientos y energias negativas repetitivas, que se reflejan en un órgano o sistema de órganos en concreto, como si de un espejo se tratase, haciendo que se debiliten y el resultado sea una enfermedad. Dolencia en este caso que los médicos designan crónica y que en el 90% de los casos condicionará la vida de la persona diariamente, por tiempo indefinido. Entonces la cuestión es:

¿Cuál es el cuadro psico-emocional que origina la diabetes? ¿Qué hace que enferme el páncreas?

El páncreas es una glándula muy importante de nuestro organismo, regida por el chacra plexo solar. Por eso las emociones generadas, también crean un desequilibrio energético que afecta al plexo solar y a su vez propician una deficiencia energética del páncreas. Ya que si el plexo está “sucio” por las emociones generadas, no es posible que envíe energía con una frecuencia armónica a los órganos que rige. En este caso, esta deficiencia en la funcionalidad del páncreas se debe a que el individuo se siente solo, vacío y abandonado. En muchos casos de forma inconsciente, ya que como no ha encontrado modo de hacer que ese cuadro cambie, simplemente se ha adaptado a vivir así. En consecuencia, siente falta de cariño, de amor y de ternura. Él mismo no se trata así, casi siempre, por inseguridad y miedo a ser dañado, tampoco permite que los demás lo hagan. En cambio su inconsciente y su alma, gritan y manifiestan a través de los síntomas de su cuerpo, el deseo de sentir amor, ternura y cariño.

Esta contradicción entre desear y no permitir, hace que su organismo entre constantemente en colapso, provocando que la insulina circule en la sangre y no sea absorbida de forma adecuada por las células. Al fin y al cabo, él desea sentir amor y ternura, pero no permite que este entre en su chacra corazón e invada su ser; tampoco admite que la insulina sea absorbida por las células de su cuerpo que la necesitan. En este caso, la insulina es la hormona, la dosis de amor, rechazada por el organismo de la persona diabética.

Esta paradoja constante en su vida, provoca que las personas diabéticas carguen una profunda tristeza en su interior y sentimiento de culpa, que la convierten en un ser amargo. Pero ocultan toda esta gama de variadas emociones y sentimientos, con un disfraz, que si estamos atentos, descubrimos. Son personas inseguras, con baja autoestima y elevada necesidad de atención. Necesita sentirse indispensable para los demás, porque así se siente amado, aunque a su vez sofocado. Porque si analizamos con atención la situación, es muy agradable que todo el mundo acuda a nosotros, pero ¿hasta que punto? Asumir innumerables tareas o compromisos, con nosotros mismos o con los demás, puede ser soportable durante un corto periodo de tiempo, porque a largo plazo sería agotador. Inevitablemente hay una invasión de espacio, un espacio que ha sido invadido de una forma consentida.

Es entonces, cuando la puerta de la contradicción se abre nuevamente y el portador de diabetes se siente culpable sino cumple aquello con lo que se ha comprometido, pero al mismo tiempo enfadado y agotado. Inconscientemente, ha tomado estas actitudes esperando recibir más atención y cariño. Sin embargo, se siente solo, vacío, cansado y culpable. Culpa que nace del miedo a decepcionar a los demás, de oír reproches, quejas…sobre todo, de aquellos que él ya ha empezado a generar.

Normalmente un 80% de las cosas en las que se enfoca no son importantes e indispensables, para el sujeto, sino para los demás. Esto es una muestra de dependencia emocional, que físicamente, en los casos más extremos, se manifiesta en una persona dependiente de las inyecciones de insulina. Entonces, si estas tareas u objetivos no son indispensables para ellos, ¿Por qué actúan de este modo? La inseguridad es un peldaño que pisan siempre las personas diabéticas, y que en la mayoría de los casos, hace que suban a un segundo peldaño donde está instalado el miedo a vivir su vida en plenitud, libremente sin importar lo que los demás piensen o digan, sin depender de los demás y sin estar sumiso a ellos. Sí, sumiso, ya que la necesidad de ser indispensable para los demás, no es más que un patrón de sumisión encubierto y el miedo a vivir en función a sus verdaderos sentimientos, emociones y deseos; abriendo las alas a su vida a recibir todo del universo, ya sea bueno o malo, eso dependerá de sus decisiones.

En cambio sino abre el corazón para recibir, sino que es un esclavo de las necesidades o deseos de los otros, no podemos decir que vive, sino que sobrevive escondido en un caparazón forjado de un quiero y no puedo, de dudas e incertidumbres. Es adorado por las personas cómodas o perezosas de su entorno, que buscan a alguien que les ayude o que asuma sus responsabilidades y en la mayoría de los casos este es el perfil de un diabético, pero a su vez, no es amado por la persona más importante del mundo para él. Esa persona es él mismo. Abusa de su cuerpo, de sus límites y además no escucha lo que realmente desea, pero si lo que desean los demás. Así es más fácil para él “encajar” en una sociedad superficial y tener una excusa para no vivir su vida.

Los datos de la OMS, nos confirman que la mayor incidencia de personas diabéticas la encontramos en individuos entre los 40 y 50 años, sobre todo en hombres. Curiosamente las estadísticas antes del 2005 demostraban que eran las mujeres las más incidentes en esta patología, pero ahora han cambiado los papeles. Si analizamos histórica y psico-emocionalmente estos datos, es lógico este cambio. Puesto que la mujer ya no está sumisa y sujeta a ser únicamente un ama de casa, sino que en la mayoría de los casos también tiene un empleo y es activa. Mientras que al hombre, el exceso de actividad de la mujer, sobre todo en las edades mencionadas, le lleva a sentirse solo y abandonado. Estos son el interruptor inicial que desencadena el cuadro emocional que llevará a esta patología.

Claro que la diabetes puede aparecer a cualquier edad independientemente del sexo. Actualmente cada vez existen más personas con prediabetes, es decir, individuos que en ayunas presentan niveles altos de glucemia, pero no lo bastante altos para clasificarse como diabéticos. Esto nos indica que existen muchas personas que de forma inconsciente se sienten de este modo y sutilmente instalan la semilla psico-emocional que futuramente, sino revierten este patrón emocional, podrá desencadenar diabetes. En muchos de los casos los pre-diabéticos son niños, adolescentes o mujeres gestantes, personas más sensibles y con una enorme necesidad de sentirse amados.

La diabetes proviene de patrón psico-emocional de contradicción entre desear y no querer, que se convierte en crónico cuando la persona que la padece no tiene conciencia del cuadro emocional que la provoca y no quiere o no sabe como cambiarlo.

Ámate a ti mismo por encima de todas las cosas y permítete vivir tu vida plenamente, siguiendo los verdaderos deseos de tu corazón y no viviendo en función de los demás. Ama tus fragilidades, tus miedos e inseguridades, sintonízate con ellos, para iniciar el proceso de toma de conciencia, metamorfosis y cura que hará que vivas tu vida con la misma libertad que un pájaro en su vuelo.

Yolanda Castillo
Terapeuta holística y naturópata. Centro de Medicina Holística
Centro.medicina.holistica2013@gmail.com
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