El ajo puede detener el cáncer

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Científicos israelíes han conseguido destruir tumores malignos en ratones empleando una sustancia química que contiene el ajo común por medio de un nuevo método que acaba de forma selectiva con las células cancerosas sin dañar a las células sanas.

ajoEl método, desarrollado por el Instituto Weizmann y publicado recientemente en la revista “Molecular Cancer Therapeutics”, podría emplearse para el tratamiento y prevención de la metástasis posterior a la cirugía en enfermos de cáncer.

La alicina es la sustancia química que da al ajo su aroma y sabor característicos y según han demostrado distintas investigaciones, mata no sólo células cancerosas sino también las de microbios causantes de enfermedades e incluso células sanas del cuerpo humano.

En el Departamento de Química Biológica del Instituto Weizmann, los Doctores Aharon Rabinkov, Talia Miron y Marina Mironchick, en colaboración de los Profesores David Mirelman y Meir Wilchek, han diseñando un ingenioso método de aplicación que opera con la exactitud precisa de una bomba inteligente, que emplea la allicina para acabar con las células cancerosas.

El método desarrollado por los científicos israelíes imita la forma en que la allicina aparece en la naturaleza.
Y es que dicha sustancia no está presente en los dientes completos e intactos, sino que es el resultado de una reacción bioquímica entre dos sustancias almacenadas por separado en pequeños compartimentos adyacentes dentro de cada diente.

Esas dos sustancias forman una enzima, la aliinasa, y una sustancia química normalmente inerte llamada alicina.  Así, cuando el diente de ajo es dañado, ya sea por los parásitos
del suelo que pretenden comer los tejidos tiernos o cuando es cortado por los cocineros, las membranas que separan los compartimentos se rompen y se origina la inmediata producción de alicina.

Los científicos advirtieron que si producían dosis de aliicina en el lugar del tumor, podría obtenerse una altísima concentración de moléculas tóxicas para matar las células cancerosas.

Para apuntar directamente al tumor los investigadores aprovecharon el hecho de que la mayoría de las células cancerosas exhiben en sus superficies receptores distintivos.

Posteriormente sintetizaron un anticuerpo “programado” para reconocer el receptor característico del tumor, que está ligado químicamente a la enzima alliinasa.
Inyectado en la corriente sanguínea, el anticuerpo busca las células cancerosas y se aloja con la enzima que porta sobre las células del tumor.

En ese momento los científicos inyectan a intervalos el segundo componente, la alliina, que cuando se encuentra con la aliinasa, la reacción resultante convierte a las moléculas de la primera sustancia, normalmente inertes, en moléculas letales de allicina, que penetran y matan a las células del tumor.

Gracias al preciso sistema de aplicación, las células sanas vecinas permanecen intactas, destacan los investigadores.
Los ensayos de laboratorio demostraron con éxito que el sistema es capaz de bloquear el crecimiento de tumores gástricos en ratones.

Los científicos destacan que el método puede funcionar en la mayoría de los tipos de cáncer toda vez que un anticuerpo específico pueda ser adaptado para reconocer los receptores característicos de las células cancerosas.
“Aún cuando los médicos no pudieran detectar dónde se han desplazado y alojado las células metastásicas, la combinación anticuerpo-aliinasa-aliina podría perseguirlas y destruirlas en cualquier parte del cuerpo”, manifestó Mirelman, uno de los principales promotores de la investigación.