Cuenta la leyenda que el Masaje Tradicional Tailandés surgió a través de la fusión de diferentes culturas asiáticas. El Dr. Shivago, un gran amigo de Buda y su doctor personal, peregrinó junto a él por todo el continente asiático recolectando todo aquello que más le interesó de cada cultura, pudiendo así poder ofrecer la mejor medicina a su paciente evitando que este enfermara y creando así lo que hoy en día se conoce como Masaje Tradicional Tailandés.
El Dr. Shivago se enriqueció principalmente de la cultura Hindú, profundizando en sus antiguas tradiciones médicas ayurvédicas. También le causó interes la parte física de la filosofía yóguica, utilizando las Asana (posturas) para abrir y flexibilizar el cuerpo. Realmente existe una semejanza muy estrecha con esta disciplina, tanto es, que también se conoce el Masaje Tradicional Tailandés como el “Yoga de los perezosos”.
Parece curioso cómo no se ha conservado esta fabulosa técnica en la India y si se ha popularizado en Tailandia. Es debido a su religión. Cuando el Dr. Shivago llegó a Tailandia, su exitosa creación se practicaba tan solo en templos budista, siendo así una práctica entre mojes y monjas, donde ellos iban transmitiendo la técnica a través de su voz. Es normal que al arraigarse a esta religión, en la India fuera desapareciendo poco a poco, ya que tan solo existe un 2% de su población que practica el budismo.
No existe ningún escrito que se remonte 2.500 atrás donde explique la evolución de esta técnica. Tan solo en el Templo Wat Po de Bangkok se puede encontrar los mapas más antiguos sobre los canales energéticos del cuerpo humano (Meridianos en la cultura china, Nadis en la cultura Hindú y Sib en la cultura Tailandesa), junto con diferentes textos escritos en Pali colgados alrededor del templo y algunas estatuas donde se representa la explicación de algunas técnicas de este maravilloso arte.
También se dice que el Masaje Tradicional Tailandés dimana de la Medicina Tradicional China, con el trato sobre los meridianos y las semejanzas con su antiguo masaje llamado Anmo, del cual surgió el masaje japonés Shiatsu y lo que hoy en día conocemos como Tuina.
Dejando a un lado sus orígenes, podemos encontrar dos estilos de Masaje Tradicional Tailandés. El estilo sureño y el estilo norteño.
El estilo sureño empezó a practicarse en el gran templo Wat Po en Bangkok, donde a día de hoy se sigue practicando. Su estilo insiste más en la estimulación sobre las Sen Sib (canales energéticos), a través de la digitopuntura. Sen significa diez y Sib significa líneas.
El estilo norteño se origina en el antiguo hospital de Chiang Mai, ciudad donde a día de hoy podemos encontrar una gran oferta de escuelas. Su masaje es mucho más activo, ponen más énfasis en la movilización del cuerpo a través de las manipulaciones físicas con el objetivo de reactivar el flujo energético de los canales.
La Medicina Tradicional Tailandesa al igual que las otras medicinas tradicionales asiáticas, reconocen que existe una malla de unos 72.000 canales energéticos reconectados entre sí y con todo el organismo.
En Tailandia se reconocen 10 como principales, en India 3 y en China 12.
Las disciplinas orientales tienen en común la visión holística del Ser Humano y la prevención de la enfermedad, dándole mucha importancia al aspecto energético, llamado Chi en China, Ki en Japón, Prana en India y Lom en Tailandia.
Parte de esta energía es original en nosotros y otra parte la obtenemos a través de la respiración y del alimento. Esta energía fluye por la malla de canales y nutre todo el organismo para su buen funcionamiento.
Nuestro día a día está lleno de actividad, a veces demasiada. Muchas responsabilidades a abarcar y muchas veces sin tiempo a descansar. Cuando hay una sobrecarga la energía se bloquea en los canales provocando diferente sintomatología, tanto a nivel físico como psicológico.
Con la práctica de masaje tradicional tailandés ayudamos a reactivar el poder de autocuración que todo Ser humano posee.
Las presiones palmares y las digitopresiones activan el sistema circulatorio, linfático, nervioso y energético.
Los estiramientos y movilizaciones, abren y flexibilizan el cuerpo, ayudan a liberar tensión acumulada en los músculos y optimizan los movimientos articulares.
Con una sesión el receptor podrá experimentar rápidos beneficios y con una práctica regular podrá ir observando como su organismo responde favorablemente a la terapia, sintiendo un bienestar constante e integral y tratando la prevención de posibles patologías. Mejorando su postura, restablecer el funcionamiento del sistema nervioso, circulatorio y linfático contribuyendo a dolores musculares, tensiones nerviosas, neuralgias, insomnio, ansiedad, entre muchos beneficios más.
Cuando el cuerpo y la mente permanecen en la misma sintonía de bienestar no hay lugar para la enfermedad.
Laura Casals Barrera
Profesora de Masaje Tailandés en Vipassana
www.vipassana.es