Entrenar el cerebro para soñar sólo en positivo

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Desterrar el miedo, el pánico a dormir que pueden llegar a experimentar las personas que han sufrido algún trauma, y adiestrar el cerebro para soñar sólo en positivo es ya posible y algunos científicos no dudan de que puede convertirse en una práctica clínica habitual en el futuro.
Los “sueños lúcidos” -ése es el nombre con el que los psicólogos han bautizado esta técnica- se consiguen mediante la estimulación del cerebro dormido con corrientes eléctricas de baja intensidad, una técnica, mantienen los investigadores, absolutamente exenta de riesgos y con la que el paciente distingue “siempre” lo que es real de lo que es sueño.
Una de las investigadoras que ha volcado parte de su trabajo durante los últimos años en esta nueva técnica es la alemana Úrsula Voss, catedrática de Psicología en el Instituto de Psicología de la Universidad Friedrich-Wilhelms de Bonn, que ha estado en Madrid invitada por CosmoCaixa.
En una entrevista con EFE, Voss asegura que están ya comprobando los resultados y que pronto van a publicar las conclusiones de la investigación en una revista científica. “La terapia es muy positiva para pacientes traumatizados: los que regresan de una guerra, los que han sufrido violencia sexual o quienes han tenido una pérdida dolorosa y sufren por ello cuadros de ansiedad, de depresión o pesadillas”.
Si dormir es necesario “soñar es sano”, dice la catedrática alemana, pero insiste en la necesidad de superar la ansiedad y el pánico al sueño y en la oportunidad que esta terapia ofrece de entrenar el cuerpo humano para que sea capaz, gracias a esas técnicas de inducción, de “generar” sueños lúcidos.
Y lúcidos no implica que esos sueños tengan que ser placenteros, advierte la investigadora, y precisa que se trata de llevar a la persona a un estado psicológico “en el que sabe que está soñando y qué está soñando”.
La terapia no conlleva ningún riesgo, insiste la catedrática, pero también advierte de la proliferación en internet de técnicas aparentemente similares pero que carecen sin embargo de ninguna base científica.
“Sabemos además que es un sueño y que nada nos puede ocurrir” explica Voss, para quien esta técnica puede resultar “clave” para la ciencia “porque nos da la oportunidad de observar el cerebro. En el sueño no hay futuro ni pasado, todo lo que ocurre es aquí y ahora”.
A su juicio, una de las claves de la psicología es definir con exactitud qué es la consciencia, ese nivel que diferencia a los humanos de los animales o de la inteligencia artificial.
“No somos mejores por ser más inteligentes, sino porque somos conscientes; la consciencia tampoco nos hace necesariamente mejores, pero sí diferentes”, y sitúa en un terreno entre la consciencia y la inconsciencia la técnica de los “sueños lúcidos”, una terapia que compara con la hipnosis y con el exitoso funcionamiento que ésta ha demostrado para tratar muchos traumas psicológicos.
Los “sueños lúcidos”, que ya se están aplicando en clínicas de varios países, no pueden sustituir la medicación que tenga pautada un paciente, pero sí permiten al psicólogo -asegura- adentrarse en el fondo de un paciente. “Es una herramienta muy potente porque llega al subconsciente y el paciente tiene cierto control sobre los estados que le asustan”.
Y por supuesto insiste esta catedrática en que se trata de una terapia que va a resultar útil para superar por ejemplo un trauma psicológico, pero “nunca” para trabajar sobre los cerebros dañados de aquellas personas que padecen enfermedades neurodegenerativas.
Durante esta terapia el psicólogo puede incluso llegar a identificar la estructura cerebral involucrada en un “sueño lúcido”, ha precisado Úrsula Voss, quien ha incidido en que el paciente suele “despertar” eufórico, “y ése es el momento en el que se le puede ayudar a modificar un estado de ánimo, y conseguir elevar su autoestima haciéndole sentir capaz de controlar sus sueños”.