El Tai Chi fortalece el sistema inmune

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Tai Chi

No se sorprenda si este invierno su padre o su abuelo decide no vacunarse y en su lugar se apunta a clases de Tai Chi, una técnica de movimientos lentos inspirados en las artes marciales orientales, porque con esta disciplina se consigue aumentar, y hasta doblar, la eficacia del sistema de defensa frente al ataque de los virus. Un estudio con ancianos así lo demuestra en el caso de los herpes, aunque también se plantea si podría ser aplicable a infecciones como la hepatitis o incluso el sida.

Los investigadores afirman que aún no está claro si este efecto se produjo por una mejora de la forma física o por la tranquilidad y el bienestar mental que proporciona esta técnica. Sin embargo, “éste es uno de los primeros estudios que demuestra que una intervención en el comportamiento puede potenciar una importante respuesta inmune”, ha asegurado Michael Irwin profesor en la facultad de neuropsiquiatría en la UCLA y uno de los autores del estudio. De hecho, los investigadores afirman que los beneficios del tai chi fueron comparables o excedían a los que se consiguen en ancianos con las intervenciones de sustitución de cadera o de válvulas cardíacas.

Esta técnica consiste en realizar un conjunto de movimientos que se centran en el desarrollo de la energía vital que en la medicina tradicional china se denomina chi. Estas poses son muy fáciles de realizar y no requieren grandes esfuerzos físicos, por lo que están especialmente recomendadas para personas mayores e incluso con alguna minusvalía física.

Aunque tras padecer enfermedades víricas como la varicela nuestro cuerpo crea defensas que nos hacen inmunes a ellas, el sistema inmune de los más mayores puede fallar provocando una recaída. Michael Irwin, director del estudio, publicado este mes en la revista Psychosomatic Medicine, recomienda ante esto reforzar nuestro sistema inmune a través del tai chi.

Estudio

El grupo de 36 hombres y mujeres participantes en la investigación acudieron a las clases durante más de 15 semanas. Su nivel de glóbulos blancos, elementos del sistema de defensa, se midió antes y una semana después de comenzar el ejercicio. En todos los sujetos el número de éstos había aumentado, llegando a ser la cantidad de estas células del doble.

Las clases eran de 45 minutos tres días a la semana. Los autores del estudio destacan además que el profesor contaba con más de 20 años de experiencia, ya que parece ser que éste es un factor clave. Muchos expertos coinciden en que un monitor de “fitness” o aerobic no está lo suficientemente preparado para conseguir los efectos que se pueden esperar de los movimientos del Tai Chi.

Ante los efectos observados el profesor Irwin y su equipo ya están llevando a cabo un segundo estudio en el que participan un número cuatro veces superior de personas y que está teniendo en cuenta multitud de aspectos que no se contemplaron en el primero con el fin de completar y dar fuerza a estos resultados.