Beneficios del Yoga Integral en el Síndrome Post-Polio

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­Yoga Integral Síndrome Post-Polio – En muchas ocasiones cambios o experiencias que sufrimos en la vida hacen de punto de inflexión y nos llevan a crear proyectos que pueden ser una herramienta de trabajo. Todos nacemos con una intuición y fuerza interior innata. Aprender a conectar con ella hará que aflore esa fortaleza interna que nos ayudará a mejorar nuestra propia vida. Lo que nos aporta el yoga integral son verdaderas herramientas para que precisamente aflore esa fuerza interior como hemos dicho antes innata en cada uno de nosotros. A lo largo de este artículo veremos los beneficios y la ayuda que nos aportarán estas herramientas también en casos como en el Síndrome Post-Polio (en adelante SPP). Pero, ¿Qué es el SPP?

El SPP es una enfermedad degenerativa y progresiva. De acuerdo con los cálculos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, más de 440,000 sobrevivientes de polio en los Estados Unidos pueden estar en riesgo de padecer SPP. Los investigadores no pueden establecer una tasa firme de prevalencia, pero estiman que la afección afecta del 25 al 50 por ciento de estos sobrevivientes, o posiblemente al 60 por ciento, dependiendo de cómo se define el trastorno y qué estudio se menciona. Se desarrolla 40 o 50 años después de haber contraído la enfermedad y principalmente se caracteriza por un nuevo debilitamiento en los músculos que han sido afectados. Los síntomas incluyen debilidad, fatiga y atrofia muscular en evolución degenerativa, intolerancia al frio, estreñimiento por falta de movimiento peristáltico, desequilibrio e inestabilidad. Raramente el síndrome amenaza la vida. Sin embargo, la debilidad muscular del SPP es una afección de evolución muy lenta marcada por períodos de estabilidad seguidos por nuevos deterioros en la capacidad de llevar a cabo las actividades diarias, según ha demostrado el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebro-Vasculares de EE.UU. (1)

Según éste mismo instituto el virus de la polio destruye directamente neuronas motoras debilitando así al músculo. En un esfuerzo para compensar la pérdida de estas neuronas, de las que sobreviven brotan terminales nerviosas nuevas. El uso durante años de estas nuevas terminaciones nerviosas añaden estrés al cuerpo celular neuronal. Puede producirse la reparación de la función nerviosa de algunas fibras por segunda vez pero, finalmente, se produce la disfunción de las terminaciones nerviosas y la debilidad permanente. Esta hipótesis es coherente con el curso lento, escalonado e impredecible del SPP.

El SPP no tiene cura. El único tratamiento que recomiendan los especialistas es el ejercicio moderado que debemos realizar prestando gran atención a las señales que nos envía el propio cuerpo, sin forzar nunca ni sobrepasar nuestros límites. Los ejercicios de resistencia pesados o intensos y levantar pesas usando músculos afectados por polio pueden ser contraproducentes ya que pueden debilitar más estos músculos en lugar de reforzarlos. Al tener poca movilidad algunos músculos están laxos y sin tono, poco oxigenados, por su falta de movimiento. Precisamente para poder compensarlo de algún modo el yoga integral nos proporciona herramientas como los ásanas, de los cuales podemos obtener numerosos beneficios a través de su práctica diaria.

Según define Patanjali (pensador hindú) “Ásana es una posición del cuerpo mantenida en el tiempo”. Hablamos de técnicas corporales que ejercen efectos beneficiosos sobre el cuerpo y sus funciones. Van acompañadas de una respiración y atención consciente, de una actitud interna paciente y relajada, la cual permite abrirse a la escucha interior y evitar la dispersión mental. Nos ayudan a aceptar nuestra situación física, mental y emocional sin juzgar nuestros límites y posibilidades. Nuestra realidad debe de ser asumida y aceptada. Buscar el límite cómodo: estoy aquí y desde ahí disfruto de lo que hago con la intención de ir un poco más hacia adelante, sin sobrepasar continuamente nuestros límites personales actuales para evitar sufrimientos, encontrando nuestro propio ritmo y disfrutando aspirando a ampliarlo progresivamente sin estar pendientes del resultado, ya que ésto nos hace perder lo verdaderamente importante que es vivir el gozo del momento presente.

Los ejercicios físicos ordinarios solo desarrollan los músculos superficiales del cuerpo pero los ásanas han sido concebidos para mejorar la calidad y vigorizar nuestros órganos internos y las importantes glándulas corporales del sistema endocrino. Todo ásana tiene un efecto global repercutiendo positivamente en toda la estructura energética aportando numerosos beneficios. No hay nada al azar ya que todos los detalles han sido estudiados durante siglos.

A continuación detallaremos los pasos y ejecución de un ásana en contreto: La pinza. En esta postura al estirar bien la columna vertebral, los hombros y los músculos isquiotibiales en su flexión hacia adelante, favorece particularmente a la gente con movilidad reducida, ya que compensa la tendencia de los músculos isquiotibiales a encogerse por la falta de movimiento

Ejecución

  1. Sentados con las piernas extendidas hacia adelante, los pies juntos, los dedos de los pies hacia nosotros y las palmas de las manos en el suelo, a ambos lados del cuerpo.
  2. Inspiramos elevando y estirando los brazos por encima de la cabeza, manteniendo la columna recta y alargada verticalmente.
  3. Exhalamos lentamente, alargando y flexionando la columna hacia adelante, llevando el abdomen hacia los muslos.
  4. Nos cogemos de los pies (o de las piernas si no llegamos), manteniendo la columna recta y los hombros hacia abajo.
  5. Nos mantenemos aquí durante unos minutos respirando tranquilamente por la nariz.
  6. Para deshacer la postura volvemos lentamente a la posición inicial realizando el movimiento desde las caderas y manteniendo la columna recta. Realizaremos los mismos pasos a la inversa, muy lentamente.

Es importante que nos mantengamos en el ásana para poder obtener todos sus beneficios. Lógicamente, al principio nos costará sostenernos en ella tranquilos y serenos pero, con la práctica, iremos alargando el tiempo hasta llegar a estar dos o tres minutos o incluso más sin ningún problema.

Beneficios

  1. Este ásana actúa concentrando el flujo sanguíneo al ejercer una presión continua e incrementada sobre vísceras, órganos, músculos y estructura ósea, exprime la zona como una esponja y, al deshacerla, la sangre fluye con fuerza, renovando y arrastrando las impurezas acumuladas. Es un sistema de drenaje, de limpieza de vísceras y órganos, que favorece la movilización de las sustancias tóxicas.
  2. El masaje a través de la postura mantiene las estructuras en el mejor nivel de funcionamiento por un efecto puramente mecánico, viene muy bien precisamente por la falta de movilidad.
  3. Estira la columna vertebral, los hombros y los músculos isquiotibiales.
  4. Alivia también la compresión de los filamentos nerviosos que salen desde la columna, especialmente los de la zona cervical y lumbar.
  5. Este ásana es muy indicado en casos de estreñimiento.
  6. Aumenta la circulación sanguínea en la zona de la columna, favoreciendo la irrigación hacia la cabeza.

El yoga integral no solo nos aporta la herramienta de los ásanas sino que además nos enseña la importancia de respirar correctamente, de ser conscientes de nuestra propia respiración, de reeducarla. También nos enseña a que nuestra atención no esté dispersa, a utilizar técnicas de liberación emocional para poder controlar más y mejor nuestra emociones y, por supuesto, nos enseña la importancia de la meditación. De todos estos temas hablaremos más adelante.

(1) http://espanol.ninds.nih.gov/trastornos/el_sindrome_de_la_pospoliomielitis.htm

La Fuerza Esta En Tú Interior
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